Pese a los pronunciamientos judiciales y las protestas frente a la sede socialista de Ferraz, el PSOE y Junts se conjuran para sellar un acuerdo para la reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno «cuanto antes». La previsión, según fuentes negociadores, es firmar el pacto este mismo jueves, justo una semana después de que JxCat echara tras anunciarse el contenido del acuerdo entre los socialistas y ERC.
Los escollos de la negociación se han centrado en el redactado de la ley de amnistía, ya que las fuentes daban por cerrado el acuerdo político siete días atrás. Y es que el expresident Carles Puigdemont había mostrado dudas sobre el perímetro de la amnistía, ante la posibilidad de que algunos de sus estrechos colaboradores, como el jefe de su oficina Josep Lluís Alay, quedaran fuera. La discusión radica en el concepto de ‘lawfare’ porque JxCat considera que hay causas judiciales abiertas que lo son por estar los sujetos vinculados a la causa independentista, en una suerte de persecución judicial, y no por los actos bajo la lupa de los jueces.
Fuentes socialistas al tanto de las conversaciones han señalado que están “trabajando intensamente” día y noche y que el pacto está «muy cerca”, por lo que podría llegar “en cualquier momento”. Los socialistas enviaron el último documento al equipo negociador de Puigdemont el martes por la noche y están ahora a la espera de la respuesta de los posconvergentes. «Seguimos cruzando papeles», explican fuentes conocedoras de la negociación.
El PSOE se ha mostrado dispuesto a revisar los aspectos de la ley que ya ha cerrado con ERC, pero insiste en que todo tiene que ser “impecable” jurídicamente para evitar que el Tribunal Constitucional tumbe la amnistía cuando la ley sea recurrida por el PP y Vox. De hecho, a los republicanos también les inquietan las modificaciones que pueda haber en la norma, aunque los socialistas les garantizaron que podrían revisarla tras el pacto con Junts, según fuentes republicanas.
La complejidad del pacto y la consulta a los juristas es lo que ha provocado la lentitud en los avances de las negociaciones, hasta el punto de que los socialistas han prácticamente desterrado la esperanza de celebrar el pleno de investidura esta semana, como deseaban. El escenario más probable con el que trabajan los colaboradores de Sánchez es que su reelección tenga lugar la semana que viene y la presidenta del Congreso, Francina Armengol, fijará la fecha para la sesión cuando el PSOE tenga el pacto sellado con Junts.
La idea es lograr un texto sin “fisuras” y sin puntos débiles, que no solo supere sin problemas el trámite parlamentario, sino que blinde a los colaboradores de Puigdemont. Aunque quieren cerrar el acuerdo cuanto antes, fuentes de la negociación insisten en que la fecha límite sigue siendo el 27 de noviembre. “Lo primero es una ley sin fisuras, queda tiempo para la investidura”, aseguran estas voces, enfriando la posibilidad de que el pleno se produzca esta semana como se había anticipado. Las mismas fuentes sostienen que la tensión de las últimas horas derivada de las protestas y pintadas contra los socialistas no están condicionando la negociación ni marca la agenda.
Sea como sea, las conversaciones se siguen manteniendo bajo la máxima discreción y se prevé que el acuerdo se firme en Bruselas con el número tres de los socialistas, Santos Cerdán, y con el secretario general de Junts, Jordi Turull, aunque Puigdemont -que no ocupa ningún cargo orgánico en el partido posconvergente- tendrá previsiblemente su participación en la escena, como la tuvo cuando se fotografiaron en señal de reconocimiento para avanzar en la negociación.
En la capital comunitaria se encuentran estos tres agentes políticos, pero también la presidenta de JxCat, Laura Borràs, y la líder en el Congreso, Míriam Nogueras que se han reunido con Puigdemont en el Parlamento Europeo. Previsiblemente la permanente de Junts viajará a Bruselas para terminar de analizar el pacto y después, una vez acordado, serán las bases de JxCat las que deberán ratificarlo en una consulta a la militancia.
La idea es lograr un texto sin “fisuras” y sin puntos débiles, que no solo supere sin problemas el trámite parlamentario, sino que blinde a los colaboradores de Puigdemont. Aunque quieren cerrar el acuerdo cuanto antes, fuentes de la negociación insisten en que la fecha límite sigue siendo el 27 de noviembre. “Lo primero es una ley sin fisuras, queda tiempo para la investidura”, aseguran estas voces, enfriando la posibilidad de que el pleno se produzca esta semana como se había anticipado. Las mismas fuentes sostienen que la tensión de las últimas horas derivada de las protestas y pintadas contra los socialistas no están condicionando la negociación ni marca la agenda.
Sea como sea, las conversaciones se siguen manteniendo bajo la máxima discreción y se prevé que el acuerdo se firme en Bruselas con el número tres de los socialistas, Santos Cerdán, y con el secretario general de Junts, Jordi Turull, aunque Puigdemont -que no ocupa ningún cargo orgánico en el partido posconvergente- tendrá previsiblemente su participación en la escena, como la tuvo cuando se fotografiaron en señal de reconocimiento para avanzar en la negociación.
En la capital comunitaria se encuentran estos tres agentes políticos, pero también la presidenta de JxCat, Laura Borràs, y la líder en el Congreso, Míriam Nogueras que se han reunido con Puigdemont en el Parlamento Europeo. Previsiblemente la permanente de Junts viajará a Bruselas para terminar de analizar el pacto y después, una vez acordado, serán las bases de JxCat las que deberán ratificarlo en una consulta a la militancia.