El ciclo global del agua está estrechamente vinculado con el aumento de la temperatura global, confirma un nuevo estudio que ha reconstruido la circulación atmosférica y oceánica de los últimos 2.000 años. Este cambio anuncia más fenómenos meteorológicos extremos y un posible enfriamiento del clima de Europa y América del Norte durante este siglo.
Las corrientes oceánicas y la circulación atmosférica son dos fenómenos que influyen en el clima de la Tierra. Ambos están relacionados con el transporte de calor y humedad desde las zonas ecuatoriales hacia las polares, y viceversa.
Sin embargo, el cambio climático provocado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero está alterando estos patrones, con posibles consecuencias para el medio ambiente y la sociedad, tal como se ha constatado en anteriores investigaciones.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience proporciona la primera evidencia de que la temperatura y la composición isotópica de las aguas ambientales van de la mano en escalas de tiempo intermedias, es decir, de décadas a siglos: ha observado que, durante los últimos 2.000 años el aumento y la disminución de las temperaturas han alterado la forma en que el agua se mueve alrededor del planeta.
Los autores de este estudio, del equipo del proyecto Iso2k Past Global Changes (PAGES), de la Universidad de Bremen, han establecido que las temperaturas más altas provocan cambios en la distribución de la presión atmosférica, lo que afecta a la dirección y a la intensidad de los vientos.
Estos cambios, a su vez, modifican las corrientes oceánicas superficiales y profundas, que son las que transportan el agua y el calor por los océanos, enfatizan los investigadores.
Es una pregunta que vale miles de millones de dólares: ¿Qué pasará con el agua a medida que las temperaturas sigan aumentando?
Modelos climáticos
Los investigadores utilizaron modelos climáticos y datos observacionales para analizar cómo ha evolucionado la circulación atmosférica y oceánica desde 1850 con proyecciones hasta 2100, bajo diferentes escenarios de emisiones.
Los resultados muestran que, en el pasado, la circulación atmosférica se ha debilitado en ambos hemisferios, mientras que la circulación oceánica se ha fortalecido en el hemisferio norte y se ha debilitado en el sur.
Estos cambios se deben a que el calentamiento global es más intenso en las regiones polares que en las ecuatoriales, lo que reduce el gradiente de temperatura entre ellas.
Cambios futuros
Sin embargo, en el futuro, los autores predicen que la circulación atmosférica se fortalecerá en ambos hemisferios, mientras que la circulación oceánica se debilitará en ambos.
Esto se debe a que el calentamiento global será más intenso en las regiones ecuatoriales que en las polares, lo que aumentará el gradiente de temperatura entre ellas.
Además, el aumento del nivel del mar y la fusión de los glaciares alterarán la salinidad y la densidad del agua oceánica, lo que afectará a su movimiento vertical.
Este estudio permite contextualizar temporal y geográficamente la sequía que estamos sufriendo en zonas geográficas como la Península Ibérica y la cuenca mediterránea.
Implicaciones locales y globales
Estos cambios tendrán implicaciones para el clima regional y global, así como para los ecosistemas marinos y terrestres, advierten los investigadores.
Por ejemplo, una circulación atmosférica más fuerte podría intensificar los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías, las inundaciones, las olas de calor y las tormentas.
Una circulación oceánica más débil podría reducir el transporte de calor hacia las latitudes altas, lo que afectaría a la Corriente del Golfo, que asegura a Europa un clima cálido para la latitud en que se encuentra, y podría enfriar el clima tanto de Europa como de América del Norte.
Además, podría afectar a la productividad biológica del océano, al intercambio de gases entre el océano y la atmósfera, y al almacenamiento de carbono en el océano profundo, según esta investigación.
Cambios irreversibles
Los autores del estudio advierten de que estos cambios son irreversibles a escala humana, y que solo se podrían mitigar si se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ello, instan a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil a tomar medidas urgentes para frenar el cambio climático y adaptarse a sus efectos.
Referencia
Globally coherent water cycle response to temperature change during the past two millennia. Bronwen L. Konecky et al. Nature Geoscience (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41561-023-01291-3