Las etiquetas de las cinco referencias reflejan la filosofía de Cepa 21, ya que plasman escenas de las labores del campo de la infancia y la juventud de José Moro en la Ribera del Duero y cuentan la historia de la viticultura castellana tradicional; Hito Rosado, Hito, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo tienen etiquetas que apuestan por la diferenciación, con colores vivos y acabados especiales.
El vino, una constante en su vida
Para José Moro, presidente de Bodegas Cepa 21, el vino ha estado presente en todos los pasos que ha dado a lo largo de su vida personal y, por supuesto, profesional.
Cada uno de sus recuerdos está vinculado de una u otra manera a ese tesoro que emerge del terroir de la Ribera del Duero y que ha marcado inexorablemente su sentir más profundo. La pasión por la tierra, el compromiso con el entorno y la búsqueda de la excelencia son las máximas que rigen desde hace 21 años el que es su niño mimado, su proyecto más personal, Cepa 21. Y es que la bodega cumple 21 años plenamente asentada como un proyecto señero en Ribera del Duero, con un carácter y un espíritu únicos, en el que la personalidad de Moro tiene mucho que ver.
Coincidiendo con el aniversario de la marca —inmersa en un momento de madurez—, Cepa 21 arranca una nueva etapa y estrena imagen corporativa, en la que la tradición y los recuerdos de José Moro juegan un papel crucial en cada una de las etiquetas de sus cinco referencias.
Para vivir este momento histórico, Herrera en COPE, con Carlos Herrera a la cabeza, se ha desplazado hasta la bodega para conocer de primera mano cómo ha sido este proceso transformador. Herrera hablará, durante el programa de radio en directo, con José Moro y le preguntará por todos esos detalles que le han hecho llegar hasta aquí. Además, en esa charla también estará presente el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero.
Un programa especial que ya se ha convertido en un habitual de la temporada de ‘Herrera en COPE’ y que pretende acercar a la audiencia la historia, la tradición y el esfuerzo de esta emblemática y a la vez innovadora bodega vallisoletana.
Con este cambio anunciado, la bodega pone en valor la tradición y la historia que le han hecho llegar donde está hoy siempre desde una perspectiva diferencial y vanguardista. Moro, como testigo directo de la evolución de la cultura vitivinícola, ha querido dejar constancia de todos esos valiosos recuerdos que atesora en su memoria gracias al mundo del vino y plasmarlos en las etiquetas de sus vinos.
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“Cepa 21 es tradición y vanguardia, pasado y futuro, recuerdos y aspiraciones; sin duda, la nueva identidad visual aglutina todo esto. El proyecto da un giro en este XXI aniversario y lo hace con una imagen sincera, que transmite el alma de nuestra tierra; un homenaje al duro trabajo del campo, a los recuerdos de mi infancia y juventud. Son más Cepa 21 que nunca: arraigada a la tierra que mira al mundo desde una perspectiva única y diferencial”, apunta José Moro.
Con una estela imborrable en el sector y el carisma propio de una leyenda, Cepa 21 fusiona la experiencia vitivinícola de toda una vida con una apuesta por la innovación en un entorno único en el que la protagonista indiscutible es la variedad tempranillo. Desde el icónico Cepa 21 al rotundo Malabrigo, pasando por el sublime Horcajo y el joven Hito (uno de los cien mejores vinos calidad-precio según Wine Enthusiast), con su delicada versión de Hito Rosado, todos tienen una marcada personalidad y el sello indiscutible de su creador, José Moro, además de contar con un notable reconocimiento a nivel nacional e internacional.
La esencia impermutable
Cepa 21 apuesta por una nueva imagen para sus vinos, que sorprende al consumidor por su autenticidad, su innegable apuesta artística y por la conexión con la tierra. Cinco etiquetas de diseño atractivo y con una historia detrás: la de José Moro y su crecimiento en el mundo del vino.
Sus recuerdos visten a sus vinos, todos ellos con una notable parte humana que hace honor al viticultor y bodeguero tradicional. Además, la nueva imagen repara en cada detalle, incluso en los acabados, a los que el bodeguero vallisoletano ha dedicado un especial cuidado para conseguir un resultado que llama la atención por su colorido y su estética prémium y de total calidad.
Los recuerdos
Hito Rosado es el recuerdo de los claretes de antes, pero reinventado. La etiqueta muestra un bonito atardecer en la Ribera, en el que el protagonista indiscutible es el hito, ese poste de piedra tradicional del campo castellano que sirve de elemento de separación entre parcelas.
Hito es juventud, es vida, es desparpajo, pero con unas raíces profundas a su tierra. De nuevo, el hito es el protagonista, al ser el elemento que separa los viñedos de los pastos, en los que la ganadería siempre ha tenido un papel fundamental.
Cepa 21 es el alma máter de la bodega, su primer vino, el que cumple ahora 21 años desde su primera añada. Su etiqueta ha sabido dar el protagonismo que se merece a la vid, el mayor activo de la bodega. Una vid que José Moro ha ido conociendo y escuchando desde su juventud, cuando acompañaba a su padre a entrecavar la tierra con las herramientas al hombro.
Malabrigo es el recuerdo imborrable del descanso durante de las largas jornadas de faena de José Moro junto a su padre. Se sentaban al pie de la vid bien abrigados con la tradicional ‘pelliza’ para resguardarse de las duras condiciones climáticas de la Ribera del Duero, mientras comían jamón, pan y bebían vino. Una estampa que ha acompañado a José durante toda su vida y que ahora protagoniza su vino estrella.
Horcajo es la palabra que describe la confluencia entre dos cerros, un paisaje muy característico de la Ribera del Duero y, sobre todo, de las parcelas de Bodegas Cepa 21. Su etiqueta es un homenaje al trabajo duro y al esfuerzo, ese que José Moro aprendió de su abuelo cuando aún era un niño.
Sobre la bodega
Situada en el pueblo de Castrillo de Duero, en Valladolid, en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero, Cepa 21 tiene como objetivo elaborar vinos de altísima calidad y cuidar al detalle todos los elementos que intervienen en la vinificación: desde la selección del terruño y la uva hasta un control pormenorizado de los procesos en viñedo y en bodega.
El edificio, elegante y sobrio, está perfectamente integrado con el paisaje y equipado con la más moderna tecnología.
Por su situación geográfica, domina un paisaje de cincuenta hectáreas de viñedo propio plantadas con cepas centenarias de la variedad Tinto Fino, una de las más puras del clon tempranillo. Suelos propios de Ribera del Duero, altitudes y pendientes y una filosofía de trabajo que no utiliza ningún tipo de producto residual en la plantación dan como resultado vinos con toda la tipicidad de Ribera, eso sí, pasada por el crisol de la revolución vitivinícola de los últimos años.