Mestalla no quiere despertar del sueño. Es imposible no ilusionarse con el Valencia de Rubén Baraja. Por mucho que Peter Lim cortara de manera temeraria el grifo de los fichajes en verano y Layhoon Chan marcara la permanencia como objetivo en aquella autoentrevista surrealista. El técnico ha conseguido armar un joven equipo competitivo con una señas de identidad muy reconocibles que compite, supera obstáculos y respira ambición por seguir creciendo a base de puntos. Hasta ahora van quince. Y los que quedan si los niños del Pipo mantienen el nivel de rendimiento y compromiso durante los próximos meses de competición. De momento, el equipo afronta noviembre más cerca de los puestos europeos que de la zona de descenso.
Un escenario que nadie esperaba cuando el 1 de septiembre cerró el peor mercado de fichajes de la historia del club. Baraja lo ha cambiado todo a base de trabajo. Mestalla siempre le estará agradecido. Esta tarde equipo y afición se reencuentran en el viejo coliseo con un objetivo común: ganar y seguir mirando a la temporada con esperanza. Sin los miedos del pasado. Hay licencia para soñar. Pese a Meriton.
El equipo tiene una oportunidad perfecta para seguir con su media inglesa y hacer bueno el empate de la Catedral. Igual que pasó semanas atrás con el empate de Mallorca y la posterior victoria en Mestalla contra el Cádiz. Hacerse fuerte en casa es el camino. Ahí está el ejemplo del año pasado. Baraja y sus jugadores son conscientes. El objetivo es Mestalla siempre es ganar. Y más si delante tienes un rival directo por la salvación como el Granada. Hoy el triunfo tiene triple premio. Dejar tocados a los de Paco López, ampliar el colchón de puntos con los equipo de la zona roja y continuar mirando arriba desde la tranquilidad que transmite el fútbol y las sensaciones del equipo.
El mejor momento
El equipo va a más. Sin fisuras. Hoy afronta el partido en el mejor momento de la ‘era Pipo’ con el respaldo de dos victorias (Cádiz y Logroñés) y dos empates (Mallorca y Athletic). Ya van cuatro partidos sin perder entre Liga y Copa. Un mes entero. El equipo no cae desde la goleada (3-0) del Villamarín el 1 de octubre tras la primera jornada intersemanal de la temporada. No fue casualidad.
Once titular
fresco Baraja gestionó la Copa de la mejor forma posible. El Pipo dio descanso a los titulares (hoy solo pueden repetir de Las Gaunas Selim Amallah, Sergi Canós o Roman Yaremchuk), repartió minutos entre los suplentes y sumó para la causa a la unidad B de la cantera. Resultado: el equipo llega más fuerte que nunca de pies y cabeza. El técnico podrá alinear un once titular prácticamente de gala. La única duda es el lesionado Hugo Duro en una lucha particular y casi milagrosa contra el esguince de clavícula que sufrió en Bilbao. Mouctar Diakhaby, Alberto Marí, André Almeida, Jesús Vázquez y Cenk Özkacar son bajas segura por lesión. Giorgi Mamardashvili volverá a la portería tras el paréntesis copero con el objetivo de dejar la portería a cero como ante el Cádiz (2-0) en el último partido en Mestalla.
Rival con urgencias
Baraja vive tranquilo en la zona media de la tabla. Paco López agoniza en los puestos de descenso con solo una victoria en las once primeras jornadas y la friolera de 28 goles en contra. El equipo nazarí encima arrastra la carga de dos derrotas consecutivas contra Osasuna en su última salida (2-0) y ante el Villarreal (2-3). Todo le sale mal. Los rojiblancos, por si fuera poco, están en el ojo del huracán por la posible alineación indebida cometida esta misma semana en el partido de la primera eliminatoria de la Copa del Rey ante el Arosa, equipo gallego de Tercera, por la alienación de un portero de la cantera +23 años. El conjunto andaluz recupera al centrocampista Gerard Gumbau y al delantero argentino Lucas Boyé, ambos sancionados contra el Villarreal en la anterior jornada.