Un desierto que pone a prueba algo más que motores

A ojos de cualquier espectador, el Dakar es arena, dunas y vehículos atravesando paisajes imposibles. Pero, detrás de esa imagen cinematográfica, se esconde una transformación profunda.

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La organización lleva años impulsando un plan claro para llegar a cero emisiones netas de CO2 en 2030, abriendo la puerta a combustibles renovables, modelos eléctricos, sistemas híbridos e incluso prototipos impulsados por hidrógeno.

Ese compromiso ha convertido la carrera en una plataforma única. Equipos, fabricantes y proveedores energéticos encuentran allí un entorno donde cada fallo se magnifica y cada avance se confirma con una contundencia que no ofrece ningún otro campeonato. Es precisamente en ese escenario donde Repsol reforzará su presencia en 2026, llevando casi 30.000 litros de gasolina con un 70% de componentes de origen renovable. Una apuesta que no se limita a reducir emisiones: también busca mantener (o superar) el rendimiento que exige un rally capaz de exprimir al límite a coches y pilotos.



El trabajo previo se ha desarrollado en el Repsol Technology Lab, donde un equipo de científicos e ingenieros ha afinado un combustible capaz de soportar temperaturas extremas, largas jornadas de exigencia mecánica y etapas que superan cualquier estándar de resistencia. Ese mismo laboratorio ha validado los lubricantes que utilizará Isidre Esteve y con los que Toyota Gazoo Racing repetirá su apuesta por las soluciones renovables de Repsol.



La edición de 2026 se presenta, así, como una continuación natural de un camino que la compañía lleva décadas recorriendo. Para Repsol, el mundo del motor siempre ha sido el mejor entorno para poner a prueba productos que después llegan al usuario final. Y el Dakar, con su crudeza casi legendaria, es el examen más exigente para certificar que la innovación energética responde en cualquier circunstancia.

Una alianza que une experiencia, tecnología y visión de futuro

Si el Dakar es un punto de encuentro entre innovación y competición, la alianza entre Repsol y Toyota representa la combinación perfecta para impulsar esa transformación. Ambas compañías llegan al 2026 tras un año histórico: juntas conquistaron los títulos de pilotos y constructores del Mundial de Rally Raid 2025. Más allá de los resultados, fortalecieron un modelo de colaboración en el que cada avance tecnológico se comparte, se prueba y se perfecciona con una meta común: acelerar la descarbonización sin renunciar al rendimiento.



La alianza va más allá de lo visible. Toyota ha cedido uno de los motores Hilux EVO de su equipo de competición al Repsol Technology Lab. Ese gesto facilita replicar en un entorno controlado las condiciones reales del desierto para avanzar en el desarrollo de combustibles y lubricantes renovables. Lo que se diseña y prueba en el laboratorio, después, se valida sobre las dunas.

En 2026, dos equipos llevarán esta colaboración al límite. Por un lado, el Repsol Toyota Rally Team, con Isidre Esteve al volante, utilizará gasolina con un mínimo del 70% renovable y lubricantes desarrollados específicamente para soportar la dureza de la arena. Además del Dakar, su calendario incluye Portugal y Marruecos, donde seguirá poniendo a prueba nuevas fórmulas y el lubricante renovable.

Por otro, Toyota Gazoo Racing, uno de los referentes del campeonato, vuelve a confiar en los combustibles renovables de Repsol con los pilotos Seth Quintero, Henk Lategan y Toby Price. Su temporada recorrerá múltiples continentes, desde Argentina hasta Abu Dhabi, con un objetivo claro: competir al máximo nivel mientras se avanza en el desarrollo energético del mañana.

Esta apuesta encaja con el plan estratégico de Repsol hacia la descarbonización. La compañía opera la primera gran planta de combustibles 100% renovables de la península ibérica en Cartagena y pondrá en marcha otra en Puertollano en 2026. Además, ha logrado el hito tecnológico de producir gasolina 100% renovable a escala industrial en su complejo de Tarragona, un avance que sitúa a España como referencia en innovación energética.



Hoy, la compañía ya comercializa dos combustibles renovables junto al resto de carburantes habituales en la península ibérica: Diésel Nexa origen 100% renovable (disponible en más de 1.400 estaciones de servicio) y Gasolina Nexa 95 origen 100% renovable (disponible en más de 20 estaciones).

Una historia de competición que mira hacia adelante

Para Repsol, el Dakar 2026 no es un punto de partida, sino un capítulo más de una relación de más de cincuenta años con el motor. La marca ha acompañado algunas de las gestas más recordadas del deporte: los títulos de Ángel Nieto, los mundiales de Marc Márquez, el protagonismo de Carlos Sainz en los rallies o el salto de Pedro de la Rosa a la Fórmula 1. Cada experiencia ha ampliado su conocimiento y su capacidad para transformar ese aprendizaje en productos de movilidad más eficientes.

En 2026, esa historia se mezcla con un objetivo global: demostrar que los combustibles renovables ya pueden competir en el nivel más alto. Y, sobre todo, que la descarbonización puede avanzar sin sacrificar emoción, rendimiento ni ambición deportiva.

El desierto decidirá quién gana. Pero, pase lo que pase, el futuro de la energía se pondrá a prueba una vez más en la carrera donde nada se hace fácil y todo se exige al límite.

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