Hacía tiempo que las relaciones del Real Madrid con la Federación no eran tan distantes. Florentino Pérez ha declarado la guerra al Fútbol Club Barcelona por el caso Negreira y considera a Louzán cómplice del entuerto. El club blanco se personó en los juzgados como acusación y ha enviado a la la FIFA un informe sobre al arbitraje español y la influencia de los pagos del Barcelona al vicepresidente arbitral que ha coincidido con los años de éxitos azulgranas en las últimas décadas.
Caso Negreira y el partido en Miami
Esta distanciamiento del Real Madrid lo escenificó Florentino Pérez en el discurso del informe del presidente de la pasada asamblea de socios compromisarios del club blanco. «No es normal que el Barcelona haya pagado al vicepresidente de los árbitros más de 8 millones de euros durante al menos 17 años. Cualquiera que sea el motivo. Al vicepresidente de la cúpula arbitral que, como todo el mundo sabe, tenía funciones que eran claves en el sistema arbitral. Entre otras cosas, era el encargado de comunicar el ascenso y descenso de los árbitros cada temporada. Un período de tiempo durante casi 20 años que coincide además, casualmente, con los mejores resultados deportivos del Barcelona en nuestro país», advirtió el dirigente a los socios. Y recalcó que el Real Madrid va a ir hasta el final en su intento de judicializar lo sucedido y depurar responsabilidades por los pagos del club catalán al segundo del Comité Técnico de Árbitros durante 17 años.
La razón de esta radicalización de la postura madridista se explica por el acercamiento de Joan Laporta a dos de los principales enemigos de Pérez: Javier Tebas, presidente de LaLiga, y Aleksander Ceferin, máximo mandatario de la UEFA. Con el oscense impulsó el partido de Liga que pretendían jugar en Miami ante el Villarreal, al cual se opuso frontalmente el Real Madrid con el argumento de que «adultera la competición. No es que LaLiga ofrezca contratos bilaterales a algunos clubes (por el Barcelona y el Villarreal), a los que abona importes adicionales a cambio de supuestas prestaciones de servicios. Estos contratos bilaterales de LaLiga no deberían existir y, de hacerse, todos los clubes deberían saber con claridad por qué conceptos y en qué condiciones, para verificar que no se dispensa ningún trato de favor a nadie».
También achaca a Laporta su traición en el contencioso sobre el fondo de inversión CVC y LaLiga: «Les recuerdo que también el Barcelona se opuso judicialmente, al principio, a la operación de CVC, junto al Athletic Club y a nosotros. Casualmente, el Barcelona abandonó este pleito coincidiendo con la autorización por parte de LaLiga para poder inscribir a jugadores en el futuro. La operación de CVC es una losa para el fútbol español. Pero confiamos en que será anulada por los tribunales. Nosotros llegaremos hasta el Tribunal Supremo, si es necesario».
La salida del Barça de la Superliga
A Ceferin se acercó el presidente azulgrana con su aparición junto al presidente de la UEFA en la asamblea de la recién creada Asociación de Clubes Europeos, antes ECA. Esto último lo ha entendido Florentino como una traición del presidente azulgrana en la Superliga que ha dejado solo al Real Madrid. Ni el Barça ni el resto de equipos que firmaron el compromiso inicial para adherirse a la competición impulsada por Pérez ha mantenido su apoyo. Florentino mantiene su batalla con Ceferin tras ganar el contencioso a la UEFA sobre el monopolio en las competiciones europeas. «La Superliga ha conseguido ya, sin discusión, un gran éxito para el fútbol. Hemos derribado para siempre, y en tiempo récord, un régimen de monopolio de UEFA de más de 70 años que, de otro modo, habría acabado con nuestro futuro. Es más, la contundencia de las sentencias obtenidas nos permite, al margen de impulsar la organización de nuestra propia competición, reclamar a UEFA los cuantiosísimos daños millonarios que nos han causado su comportamiento ilegal, al bloquear nuestro proyecto en abuso de posición de dominio. Ya les anuncio aquí que hemos iniciado el correspondiente proceso de reclamaciones económicas contra UEFA».
No se ha quedado en una amenaza ese discurso. El pasado 21 de noviembre, A22 Sports Management inició «los procedimientos obligatorios, según la legislación española, previos al inicio de un proceso legal contra la UEFA solicitando una indemnización por los daños sufridos debido al abuso por parte de la UEFA de su posición dominante como operador monopolístico de las competiciones transfronterizas de fútbol de clubes europeos». Así confirmaban el club blanco y la empresa promotora de la Superliga la demanda contra la UEFA, como parte del proceso de reclamación de daños y perjuicios. La cifra que supera los 4.500 millones de euros, siendo la demanda del Madrid la más cuantiosa con mucha diferencia.
Además, de declarar la guerra a Laporta, Tebas y Ceferin, Florentino Pérez ha roto relaciones con la Federación Española de Fútbol que preside Rafael Louzán, al que culpan de querer pasar página en el ‘caso Negreira’ y de ser cómplices en la propuesta de llevar a Miami el partido entre Barcelona y Villarreal. Por el momento el Real Madrid solo cuenta con dos aliados en su guerra contra los estamentos del fútbol, la FIFA de Infantino y el Consejo Superior de Deportes, que llega por su relación con el Gobierno. Florentino ha dejado claro que esto solo acaba de comenzar y el mensaje que traslada el club a los medios cuando se pregunta por la situación es inequívoco: «Vamos a ir hasta el final». Laporta está avisado. Como Tebas y Ceferin.
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