Sonia Castedo vuelve a colocarse en el centro del debate interno del PPCV. La exalcaldesa de Alicante, una de las voces más visibles del sector afín a Francisco Camps, ha aprovechado la presentación del programa político del expresidente para lanzar un mensaje que, sin citar nombres, apunta directamente hacia Juanfran Pérez Llorca en plena recomposición del partido tras la dimisión de Carlos Mazón.
En un texto difundido en sus redes sociales, Castedo lamenta no haber podido asistir al acto de Camps, pero desliza críticas que van más allá de la cortesía: “Los juegos malabares no nos van a desviar de lo que es nuestro objetivo”, afirma. Una advertencia que se alinea con la reacción interna que ha generado el nombramiento de Henar Molinero como secretaria autonómica de Presidencia, gesto que algunos medios han interpretado como una concesión al campismo y que Castedo desmiente de plano.
Aunque no lo menciona, cuando la exalcaldesa habla de “mantener actitudes que en nada han beneficiado” se refiere a Pérez Llorca, cuyo nuevo Consell ha introducido perfiles como el de Molinero en la sala de máquinas del Palau. En su entorno niegan que ese movimiento suponga una apertura al expresidente y lo consideran, más bien, un intento del nuevo jefe del Consell de neutralizar un espacio político que ha vuelto a movilizarse con fuerza.
La idea, difundida desde algunos ámbitos del PP, de que incluirla en Presidencia podría interpretarse como un gesto hacia Camps es una lectura que Castedo insiste en que “es absolutamente mentira”.
“Me sorprende que se mantengan actitudes que en nada han beneficiado al partido”
Camps volvió este jueves a un gran escenario para presentar su programa político, “La Comunidad Valenciana del futuro próximo. Una visión para todos”, con un tono abiertamente afirmativo sobre su deseo de liderar el PPCV. “Aspiro a ser el candidato del PPCV en las próximas elecciones”, llegó a decir, comprometiéndose incluso a lograr mayoría absoluta.
Una declaración de intenciones que ha reabierto, de facto, el debate sobre el futuro del partido y que ha convertido cada matiz del entorno de Camps, como la nueva aparición de Castedo, en un mensaje de presión a la dirección.
A la conferencia asistieron varias figuras del campismo alicantino: la exconsellera Trini Miró, el exalcalde crevillentino César Augusto Asencio, la exalcaldesa de Guardamar Carmen Verdú, el exregidor de Algorfa Antonio Ardid o las exconcejalas de Sant Joan Almudena Rico y Arantxa Maldonado.
La presencia de antiguos dirigentes que habían quedado en la periferia del partido refuerza la percepción de que Camps está reconstruyendo un espacio propio con apoyo territorial y capacidad de arrastre.
El movimiento encaja con los mensajes que Castedo viene lanzando desde hace más de un año. Tras la dimisión de Mazón como presidente del PPCV, la exalcaldesa aseguró que el partido está “absolutamente fracturado” y dio por hecho que la convocatoria del congreso regional es inevitable. Su discurso remarca que la militancia debe decidir “sin ataduras ni presiones” y que el objetivo es “recuperar un partido fuerte, sin complejos y libre”.
Una reivindicación que se ha repetido en todos los actos del entorno de Camps, concebidos como una reconstrucción del viejo aparato popular tras el cierre de su etapa judicial. La idea de que el campismo quiere un congreso competitivo, con voto de base y sin pactos de cúpula, se ha consolidado como una línea estratégica frente a la transición ordenada que desea parte de la estructura actual.
“Es muy satisfactorio ver que cada vez somos más los que creemos en otra política”
La figura de Molinero se ha convertido en uno de los símbolos de esta pugna. Su nombramiento como secretaria autonómica de Presidencia, mano derecha de Pérez Llorca, ha sido interpretado como una concesión al expresidente. Molinero, licenciada en Derecho, vinculada históricamente al sector cristiano del PP y con una trayectoria muy cercana a Camps, desde la organización de la visita del Papa en 2006 a la dirección de la Ciudad de las Artes, regresa al Palau casi dos décadas después.
Sin embargo, fuentes del campismo aseguran que “esa gente no está con nosotros” y sostienen que el gesto no altera su hoja de ruta ni su decisión de competir en un congreso abierto.
El mapa interno del PPCV se encuentra así en plena redefinición. Las adhesiones al acto de Camps y los mensajes de Castedo ilustran un clima de contestación que no se ha desactivado con la renovación del Consell. El escrito de la exalcaldesa, en el que afirma que “cada vez son más los que creen que hay otras formas de hacer y entender la política”, funciona como un aviso hacia la dirección de Pérez Llorca.
El escenario apunta ahora a un congreso en el que la militancia decidirá el rumbo del partido. Camps, que reclama un proceso abierto, reivindica un PPCV más orgánico y menos dependiente del poder institucional. Castedo, por su parte, actúa como altavoz territorial y como bisagra entre el recuerdo de las mayorías absolutas y la promesa de un regreso a la centralidad política.
La salida de Mazón, la llegada de Pérez Llorca y la reemergencia de viejos cuadros han configurado un tablero donde cada declaración tiene lectura interna. Y en este contexto, el mensaje de Castedo se interpreta como una advertencia nítida de que el sector campista no acepta gestos ambiguos y prepara su propia ofensiva para la nueva etapa del PPCV.
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