Los siete goles anotados en catorce jornadas dejan en evidencia cuál es el principal problema del Oviedo esta temporada: no pega. No hay nadie en las categorías nacionales (hasta Segunda Federación) que lleve menos y lo peor es que parece haberse convertido en rutina. Lo demuestra un dato esclarecedor: en 10 de los 14 partidos de Liga jugados hasta ahora el Oviedo se fue sin marcar. Los planes son claros en este sentido y se dirigen en dos direcciones. Uno apunta a Carrión y es el de tratar de llegar de una forma más efectiva al área rival. Otro, es más a medio plazo y consiste en encontrar futbolistas con gol en el siempre enigmático mercado de invierno.
En el Metropolitano, el Oviedo dominó el juego a partir de la media hora, cuando el Atleti se puso 2-0 y bajó dos marchas para dosificar de cara a su inminente duelo ante el Barça. Se vio entonces a un equipo azul dominador, que se acercó en algunas acciones. Pero no exigió nada a Oblak.
Carrión ponía como ejemplo el duelo ante el Rayo, en una versión, explicaba, más práctica de lo habitual. Lo cierto es que tampoco ante los de Íñigo Pérez se vio un torrente de oportunidades. Fue mejor el Oviedo hasta la roja a Chaira y Cazorla estrelló un balón en el larguero. Pero al margen de esa acción y de un par de intentos de Chaira tampoco es que el Oviedo sometiera la meta de Batalla. Ahora, Carrión ya prepara la cita ante el Mallorca con el afán de que por fin los suyos puedan dañar la defensa enemiga. En una labor, defienden desde el vestuario, que es de todos. Rondón y Viñas, con dos y un gol, respectivamente, son los llamados a liderar el foco ofensivo con números lejanos de lo que se espera de ellos. Pero es que la segunda línea tampoco ayuda en exceso. Reina, Ilic y Dendoncker han hecho un gol cada uno. El escaso saldo de siete tantos se completa con un defensa, Carmo.
En busca de gol
En el club ya se asume que a la plantilla le falta punch y que no es un problema exclusivo ni de Paunović ni de Carrión. Ni el juego está funcionando ni los atacantes son autosuficientes, así que se trata de sobrevivir hasta enero y luego estar certeros en un mercado, en el que el club debe hilar muy fino.
Se busca delantero, ese planteamiento no ha cambiado desde el pasado verano, cuando se lanzó un último intento sobre Simon Banza, jugador ahora del Al-Jazira de Arabia. También se rastrea la situación de extremos, otra posición con deficiencias. Brandon ni ha debutado y saldrá en enero. Y está la situación de Hassan, enquistada con Carrión a pesar de su titularidad en el Metropolitano, por el que se escuchan ofertas si son interesantes desde el punto de vista económico.
Pero también se habla en el club de buscar centrocampistas. El saldo es limitado pero, dependiendo de las salidas, podrían ser incluso dos. En esta búsqueda también hay una idea clara: que sean medios con capacidad de llegar y aportar también en el aspecto anotador.
El mercado de invierno es limitado en cuanto a oportunidades por tratarse en muchas ocasiones de futbolistas sin protagonismo o de equipos que se resisten a dar salidas, y por eso el club deberá adaptarse a lo que ofrezca, pero los perfiles están marcados y tienen un punto en común: hay que comprar gol.















