Aitana Bonmatí ha llevado el tercer Balón de Oro al vestuario del Barcelona. Alexia Putellas logró dos en los anteriores ediciones y ahora es la centrocampista de Sant Pere de Ribes la se ha llevado el preciado galardón. Desconozco la relación entre ambas, pero la gestión de los egos será una de las grandes tareas que se le plantean a Jonathan Giraldez para los próximos meses.
En su día, Johan Cruyff no era partidario de fichar a Neymar porque “yo no pondría a dos gallos en un mismo corral”, en clara referencia al encaje que tendría el brasileño con Leo Messi. Rosell no hizo caso a dicha frase y el tiempo le acabó dando la razón, pues el argentino y el brasileño se llevaron a las mil maravillas. Es más, la dupla se podría haber complicado aún más con la llegada de otro gallo como es Luis Suárez, pero el resultado fue la conquista de una Champions y de un triplete histórico con Luis Enrique gestionando el vestuario.
Convivir en un mismo vestuario dos Balones de Oro ha pasado en diferentes etapas. La primera fue en el Real Madrid de la campaña 1958-59 cuando primero ganó el premio Di Stéfano, luego Kopa y seguidamente repitió Di Stéfano. El resutado no podía ser más espectacular porque las Copas de Europa cayeron repetidamente.
El segundo y último episodio se vivió en otro equipo que marcó la historia del fútbol continental. El Milan fichó a tres holandeses, de los cuales dos de ellos fueron reconocidos como los mejores del mundo de forma consecutiva. Primero fue Gullit y después Van Basten. Ese equipo logró la Copa de Europa en dos ocasiones seguidas, fruto de la buena sintonía que consiguió Arrigo Sacchi en su vestuario. Ahora le toca el turno al Barcelona. Ganador en dos ocasiones de las últimas tres ediciones de la Liga de Campeones, ahora aparece un nuevo escenario en el vestuario de Giraldez con la conquista de Aitana del Balón de oro.
Encontrar un buen encaje para estas dos jugadores solo puede ser la plataforma para que el Barça consagre su hegemnonía europea durante muchos años. El Barça por delante de los egos.