«Para la libertad, sangro, lucho, pervivo«, cantó Joan Manuel Serrat en 1986 recuperando los ecos de Miguel Hernández. Aquellos versos se han escuchado este jueves en el pleno del Congreso, en el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, el líder del régimen que acabó con la vida del poeta. Sin embargo, el nombre del dictador no se ha escuchado en ningún momento en el hemiciclo. Entre sus paredes solo han resonado los discursos de aquellos que hicieron posible la transición y alumbraron la Constitución de 1978.
Más de cuarenta años después, Enrique Tierno Galván ha vuelto a subir a la tribuna de oradores para pronunciar el discurso que dio el 31 de octubre de 1978, apenas unos meses antes de que se aprobara la Constitución. Fernando Guillem Cuervo, el actor que le ha dado vida, ha recordado aquella época en la que se puso por primera vez ante una cámara de televisión para grabar ‘La saga de los Rius’. «Estábamos saliendo de una España en blanco y negro y entrando en una España en color» ha recordado, haciendo una analogía con aquella primera serie que se grabó en color.
A Tierno Galván le ha seguido Miquel Roca, interpretado por Antonio Gil, con un discurso del debate del artículo 2 de la Constitución que recoge «el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». También se han escuchado las palabras de Adolfo Suárez, con la voz del actor José Manuel Seda; de Santiago Carillo, a quien ha dado vida Eduardo Velasco; y de una única mujer, Soledad Becerril, representada por la actriz Cuca Escribano.
El consenso de aquellos años que permitió la salida de la dictadura y la aprobación de la Constitución de 1978 que asentó la democracia en España se ha visualizado mediante la actuación de la acróbata Irene Aircrag. A la vez, la música al piano de María Herreros acompañaba una locución que reivindicaba aquellas palabras que hicieron posible el entendimiento tras el franquismo: «Concesión», «diálogo», «pacto».
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