¿Burbuja de IA sí o no? El dilema que marcará el final de año en las bolsas

El colofón de las bolsas en este —por ahora— magnífico 2025 dependerá de hacia dónde se incline la balanza en el debate sobre la posible burbuja de la inteligencia artificial (IA). De momento, la mayoría prefiere restar importancia al asunto y sostiene que no existe tal burbuja. Sin embargo, a los inversores les resulta cada vez más difícil justificar un rally tan rápido y vertical, que inevitablemente empieza a generar vértigo.

El argumento más repetido entre los escépticos es que los beneficios de la inteligencia artificial aún no son comprobables y que, mientras el gasto se dispara, el retorno no está asegurado. Como en todo boom, la euforia por el potencial de una nueva tecnología domina ahora el discurso, pero queda por ver qué ocurrirá si esa euforia deriva en resultados decepcionantes.

Cada vez que se produce una corrección relevante en los índices —que en los últimos tiempos suele iniciarse en Estados Unidos—, el Nasdaq queda en el centro de la diana, con recortes en las grandes tecnológicas. De Nvidia a Palantir, crecen las dudas sobre cuánto más puede durar la fiesta y, sobre todo, sobre la magnitud de la posible resaca.

Resulta más que evidente que la agitación se ha instalado en los mercados

Por ahora, las voces autorizadas rehúyen hablar de burbuja y, mucho menos, de un estallido. Si no reconocen que existe, difícilmente puede pincharse. Prefieren argumentar que los resultados de las compañías tecnológicas justifican el rally y que sus valoraciones están respaldadas por la capacidad que siguen mostrando para generar beneficios. Aun así, la volatilidad va en aumento y los sobresaltos bursátiles empiezan a sucederse. La clave está en qué ocurrirá si la hipótesis de la burbuja termina ganando fuerza y empiezan a aparecer señales que apunten en esa dirección. ¿Hasta qué punto lo acusarán las bolsas?

El escenario contrario también es posible: que este fantasma se desvanezca —igual que se ha diluido el de los aranceles— y que el año cierre por todo lo alto, con el optimismo más o menos intacto.

LA AGITACIÓN ES EVIDENTE

Mientras tanto, la agitación se ha instalado en los mercados y resulta más que evidente: índices a la baja, bitcoin cayendo, volatilidad repuntando… Los expertos se limitan a describir la situación, y pocos se mojan. El miedo a un posible estallido de la burbuja de la IA convive con las dudas sobre la disposición de la Reserva Federal (Fed) a recortar tipos en diciembre, que tampoco ayudan. Con todo, la mayoría sigue instalada en el optimismo, como señalamos más arriba, y apenas nadie se atreve a reconocer abiertamente que la burbuja podría ser real.

Aun así, siempre hay excepciones. El conocido gestor Michael Burry, que mantenía posiciones bajistas en Nvidia o Palantir, decidió cerrar la semana pasada su fondo Scion Asset Management porque no comparte las elevadas valoraciones actuales del mercado y no sabe cuándo se ajustarán a un nivel que considera razonable. Su decisión también pesó en las bolsas, aunque, en general, cada vez que se produce una caída abrupta se aprecia un fuerte deseo de seguir subiendo, lo que provoca recuperaciones rápidas. JP Morgan, por ejemplo, en su último informe de estrategia, recomienda aprovechar las correcciones en las plazas europeas para tomar posiciones, apoyándose en las buenas perspectivas económicas y de beneficios que, en su opinión, sostendrán a los índices en 2026.

En general, más allá de la prudencia, los estrategas no quiere adoptar un tono negativo

“Mantenemos una postura cautelosa en renta variable, especialmente en EEUU”, apunta Edmon de Rothschild, que se atreve a aderezar sus opiniones con algo de cautela. Y, dentro del propio JP Morgan, su vicepresidente, Daniel Pinto, dijo esta martes que es «probable» que se produzca una corrección en el sector tecnológico y que está caída no se quedará ahí: tendría impacto en el resto del mercado, incluido el S&P 500 y la industria tecnológica en general.

Pero, en líneas generales, más allá de la prudencia y de comentarios más o menos aislados, el mercado no quiere adoptar un tono negativo.

“Con un sólido aumento del 28% en los beneficios trimestrales, el sector tecnológico evidencia que no hay indicios inmediatos de una burbuja”, señalan desde UBP. Franklin Templeton, por su parte, afirma que sigue apostando por grandes tecnológicas como Nvidia y Broadcom, que han capturado buena parte del valor generado en las primeras fases de la infraestructura de IA. Añaden que están ampliando el conjunto de oportunidades, tanto en las capas físicas (memoria, almacenamiento y energía) como en la de implementación (software, servicios y videojuegos), donde esperan que surja la siguiente ola de creación de valor.

DEMASIADO PRONTO PARA ENTRAR EN PÁNICO

Quizá los analistas de XTB resuman mejor que nadie el momento actual: todo el mundo está a la expectativa y, como dicen ellos, “es demasiado pronto para entrar en pánico”.

Lo cierto es que el momento no ayuda. Estamos a final de año, con las previsiones de casas y gestoras ya prácticamente cerradas y, en su mayoría, con buenas perspectivas para 2026 tras un 2025 positivo. Un giro brusco en el discurso sobre la burbuja de la IA podría echar por tierra muchas de estas estimaciones si llega a asentarse… y a confirmarse.

“A pesar de la volatilidad y de que estamos viendo el peor mes de noviembre desde 2008, el S&P 500 está apenas a un 2% de sus máximos históricos”, recuerdan desde XTB para tranquilizar a los más escépticos.

Añaden que los resultados empresariales, los estímulos fiscales con nuevos contratos para las tecnológicas, los recortes de tipos y los programas de expansión de la Fed, junto con una estacionalidad favorable, invitan a pensar que el cierre del año aún puede ser positivo. Marcan los 7.000 puntos del S&P 500 como un objetivo realista antes de finalizar 2025.

“Desde 1980, el S&P 500 ha subido más de un 10% entre enero y noviembre en 21 ocasiones, generando una rentabilidad positiva en noviembre en el 85% de los casos, con una subida media del 3%, que, si añadimos diciembre, asciende al 4,9%”, remarcan.

Fuente