Goldman Sachs cree que la IA y los mercados emergentes definirán la próxima década

Goldman Sachs lo tiene claro: la inteligencia artificial (IA) y los mercados emergentes definirán la próxima década. Y todo ello en un momento en el que los inversores muestran preocupación por las elevadas valoraciones de las compañías vinculadas a esta tecnología y especulan con la posibilidad de que haya una burbuja comparable a las de las puntocom.

Así, en su informe de perspectivas globales a 10 años, el banco de inversión anticipa que un mayor crecimiento del PIB nominal y reformas estructurales favorecerán a los mercados emergentes, mientras que los beneficios a largo plazo de la IA deberían ser generalizados en lugar de limitarse a la tecnología estadounidense.

«El mercado de divisas es clave: una depreciación del dólar estadounidense podría impulsar la rentabilidad convertida a USD y favorecer a las acciones fuera de EEUU. Históricamente, la debilidad del dólar ha coincidido con un mejor desempeño de las acciones fuera de EEUU, lo que ofrece una oportunidad adicional para las carteras diversificadas globalmente«, explican los analistas de Goldman Sachs.

Además, señalan que «si bien las fuerzas cíclicas influirán periódicamente en los mercados, los factores que prevemos que dominarán durante este horizonte son estructurales: el crecimiento nominal tendencial, la rentabilidad y el comportamiento de los márgenes, las valoraciones iniciales y el contexto político».

En este sentido, desde la entidad comentan que «la renta variable global ofrecerá rentabilidades sólidas a largo plazo a pesar de las elevadas valoraciones. Nuestra previsión del 7,7% anual (en USD) se sitúa cerca de la mediana histórica, respaldada por factores estructurales como el crecimiento nominal, la rentabilidad y la distribución de dividendos a los accionistas».

Por ello, consideran que el crecimiento de las ganancias seguirá siendo el principal motor de rendimiento. «Prevemos que las ganancias globales —incluidas las recompras de acciones— crezcan a una tasa compuesta anual aproximada del 6%. Los dividendos aportan el resto de la rentabilidad, mientras que esperamos que las valoraciones disminuyan ligeramente desde sus máximos actuales».

Con todo, las previsiones de Goldman Sachs ponen de manifiesto cierta dispersión, ya que por un lado, espera que la renta variable estadounidense genere una rentabilidad del 6,5%, impulsada exclusivamente por los beneficios y los modestos dividendos, mientras que las recompras de acciones compensan las dificultades de valoración.

Por otro, proyecta que Europa registre una rentabilidad del 7,1%, impulsada en parte por los beneficios y en parte por la rentabilidad para el accionista. Japón destaca con un 8,2%, respaldado por un crecimiento del beneficio por acción del 6,0% y mejoras en los dividendos impulsadas por políticas económicas.

En el caso de Asia, excluyendo Japón, se prevé que genere una rentabilidad anual del 10,3%, respaldada por un crecimiento de las ganancias por acción de aproximadamente el 9% y una rentabilidad por dividendo del 2,7%, mientras que los mercados emergentes lideran con un 10,9%, impulsados ​​por un fuerte crecimiento de las ganancias por acción en China e India. «Asimismo, observamos una mejora en la rentabilidad para el accionista respaldada por reformas políticas«.

Con este telón de fondo, Goldman Sachs aconseja a los inversores que «diversifiquen más allá de Estados Unidos, con una inclinación hacia los mercados emergentes«, debido al mayor crecimiento del PIB nominal y las reformas en curso.

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