Neumáticos “eter­nos” en las bicis públicas de Zaragoza

Por qué ruedas sin cámara en una flota pública

Gestionar un sistema de bicicletas compartidas implica lidiar con averías, tiempos de respuesta y un mantenimiento constante. Uno de los problemas más habituales es el pinchazo: deja la bici inutilizada y condiciona la rotación del servicio.

En este caso, el proveedor de las ruedas (Tannus) utiliza neumáticos macizos, sin cámara de aire. Esto elimina directamente el riesgo de pinchazo y mantiene siempre el mismo volumen del neumático. Para un servicio de uso intensivo, supone menos paradas imprevistas y menos complicaciones.

Características y funcionamiento del sistema

Estos neumáticos están hechos con caucho reforzado y no necesitan inflado. Al no llevar cámara, desaparecen problemas como la pérdida repentina de presión. El mantenimiento también se simplifica en todo lo relacionado con la parte neumática.

Según Tannus, aunque el dibujo exterior se desgaste, la capa de caucho mantiene el mismo agarre. Es decir, que aunque la rueda dé la sensación de estar “lisa”, eso no significa automáticamente que sea insegura.

Dónde se usa y por qué Zaragoza lo ha adoptado

Bizi Zaragoza no es la primera en utilizar este sistema: ya funciona en Madrid, Bilbao, Girona, Elche e incluso París. Con su implantación, Zaragoza busca recortar incidencias mecánicas y optimizar los recursos de mantenimiento.

Ventajas operativas y para el usuario

  • Menos paradas no previstas por problemas en las ruedas.
  • Menos gasto en reparaciones y sustituciones.
  • Más tiempo de actividad por bicicleta y, por tanto, mayor disponibilidad.

Para el usuario, la experiencia también mejora: menos fallos, más fiabilidad y menos preocupación por el estado de la rueda.

Seguridad y mantenimiento

Aunque el neumático está reforzado, la seguridad no depende solo de él. Factores como la velocidad de las bicis eléctricas o la lluvia también influyen. En Zaragoza se está planteando incorporar un sistema de marcaje en el propio neumático para saber de forma clara cuándo toca sustituirlo.

Ese indicador ayudará a los talleres y equipos de mantenimiento a trabajar más rápido y con ciclos más controlados, reforzando la seguridad del servicio.

Implicaciones para la movilidad urbana

La llegada de los neumáticos macizos al sistema de bici-sharing de Zaragoza es un paso a favor de una movilidad más robusta y con menos interrupciones. Es una tecnología ya probada en otras ciudades y contribuye a que la bicicleta pública sea una opción más estable para el día a día.

Este tipo de mejoras también permite que el servicio compita mejor frente a otros modos de transporte urbano, ofreciendo una experiencia más uniforme y menos expuesta a averías.

Retos pendientes

Aunque reduce incidencias, esta tecnología no elimina el mantenimiento: el desgaste superficial sigue ahí y, tarde o temprano, toca cambiar la rueda. El reto está en definir bien cada cuánto hacerlo y ajustar los procesos internos.

También es importante explicar al usuario que una rueda visualmente “gastada” no implica automáticamente falta de seguridad, para evitar confusiones o desconfianza hacia el sistema.

La adopción de este sistema sin cámara en Zaragoza supone un paso adelante en la equipación de su servicio de bicicletas públicas y contribuye a una movilidad más eficiente y fiable.

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