Los impactos de la tormenta solar que tendrá lugar en las próximas horas tendrá, en términos generales, un impacto «leve» en España aunque podrían fallar los sistema de navegación por satélite y es posible que se produzcan alteraciones «muy limitadas» en comunicaciones por radio de onda corta o alta frecuencia. Fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, sin embargo, han asegurado que las redes habituales de telefonía móvil, internet o radio FM en España no deberían experimentar afectaciones apreciables.
España no se encuentra entre los países con mayor exposición directa a este episodio extremo de clima espacial y, por tanto, no se prevén daños relevantes ni interrupciones significativas en infraestructuras críticas españolas como resultado de estas tormentas geomagnéticas. Las tormentas geomagnéticas son perturbaciones del campo magnético de la Tierra que se producen debido a un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares, que llegan a alcanzar la magnetosfera y a producir alteraciones en el campo magnético terrestre, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), organismo dependiente del Ministerio de Transportes. Pueden durar desde horas a varios días. En concreto, la actual, que comenzó este martes está prevista que dure al menos hasta el viernes 14.
Las tormentas solares permiten que se puedan observar el fenómeno de las auroras boreales, que no son habituales en las latitudes peninsulares. Las auroras boreales se producen al interactuar las partículas solares cargadas eléctricamente con las capas altas de la atmósfera terrestre, y en esas capas las partículas entran en contacto con los gases de la atmósfera (oxígeno o nitrógeno), lo que condiciona el color con que se ven las auroras.
Tanto desde la Agencia Espacial Europea (ESA) como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos monitorizan activamente este evento severo de clima espacial, para el que han fijado este miércoles un nivel máximo posible de alerta G4 (severa) de una escala de 5.
Las tormentas afectan a todo el planeta de forma simultánea y en función de la velocidad que haya alcanzado el viento solar expulsado de forma violenta pueden tardar uno o más días en producirse desde que ocurre el fenómeno en el Sol, según los datos del IGN, que detalla que durante los últimos años se han lanzado al espacio varias misiones para monitorizar la actividad del Sol desde diferentes posiciones y alertar de la ocurrencia de eyecciones de masa coronal que puedan afectar a la Tierra.
Los efectos inmediatos han sido cortes temporales en las comunicaciones de radio de alta frecuencia en zonas iluminadas del Planeta debido a la intensa radiación solar, con interrupciones detectadas, por ejemplo, en África. Además, la fulguración liberó una lluvia de partículas solares de alta energía, dando lugar a una tormenta de radiación que aún continúa. Aunque estas partículas no suponen un riesgo biológico directo en superficie, sí pueden afectar a satélites y sistemas electrónicos en el espacio.
A pesar de tratarse de la tormenta solar más intensa de los últimos años, y aunque es necesario mantener la vigilancia ante su evolución, desde el Ministerio prevén que los efectos en España serán limitados y de corta duración, «sin consecuencias graves para la población ni para el funcionamiento de los sistemas tecnológicos nacionales».
Seguimiento
España, a través de la Agencia Espacial Española (AEE) en coordinación con la Agencia Espacial Europea (ESA), también está realizando un seguimiento detallado de la evolución de esta tormenta para prevenir cualquier situación potencialmente crítica o de consecuencia adversa.
Desde el Ministerio se trabaja para seguir reforzando las capacidades de vigilancia y alerta temprana como país frente al clima espacial. «En un ciclo solar cada vez más activo, disponer de información anticipada resulta esencial para proteger infraestructuras críticas y reducir los riesgos tecnológicos», apuntan desde el Departamento que dirige Diana Morant.














