Lleva cuatro días de temporada. No, no es ninguna exageración. El pasado martes, justo antes del duelo contra el Brujas, Robert Lewandowski explicó que ahora empezaba en realidad su campaña, castigado como había quedado por dos lesiones musculares que habían lastrado su inicio. Y en un partido y medio (apenas jugó media hora en Bélgica y 90 minutos completos en Vigo), el ‘nueve’ ha demostrado que la puntería nunca se oxida. Tres goles acreditan su retorno.
Poco importa que tenga 37 años. Y que esté recién salido de la enfermería, prisionero de la exigencia de la elite, incapaz de desligarse de sus obligaciones con la selección polaca. O que viva su última estación en Barcelona cumpliendo la cuarta temporada que delimita su contrato.
Su oficio y don -marcó tres goles en 63 minutos, exhibiendo detalles de su repertorio sin fin- son un tesoro para Flick, que ha descubierto, además, a un nuevo Lewandowski, que ha devuelto la calma al equipo con ese 2-4 que le acerca al Madrid.
Lewandowski marca el 1-2 del Barça al Celta en Balaídos. / Ap / Lalo R. Villar
Se conocen desde sus años en el Bayern Múnich, pero ahora no es el mismo jugador. «Desde su lesión ha vuelto un Robert más positivo», reconoció el alemán tras disfrutar de una exhibición de su delantero centro en Balaídos.
La conexión con Rahsford
Una exhibición porque descubrió una nueva conexión con Rashford. Algo tan sencillo como el viejo fútbol, lejos de las sofisticaciones y la ciencia que tanto se lleva ahora. Un jugador (el inglés), con un pie exquisito, y otro (el polaco), con una sabiduría que no se atesora en ningún libro para colocarse en el sitio adecuado.
El 0-1 llegó de penalti, un penalti con suspense porque Radu, el meta rumano del Celta, llegó a tocar el balón, zarandeado Lewandowski por el recuerdo del error en Sevilla desde los 11 metros. El 1-2 nació en un exquisito centro de Rashford en el que se descubrió la inteligencia táctica de Lewandowski.
Parecía vivir en el fuera de juego, pero era, en realidad, una trampa para escabullirse de los centrales del Celta. Y en el 2-4, la fórmula se repitió. Centró Marcus, cabeceó con destreza Robert. Dos de esos tres tantos llegaron en el área pequeña, el jardín de ‘Lewy’.

Robert Lewandowski celebra su tercer gol marcado en Balaídos. / EFE
Sabe el polaco que no será como la pasada temporada. También lo dijo en Brujas antes de iniciar su temporada y avisó de que se le tenía que medir en el ratio de minutos jugados y goles marcados.
En la 24-25 ya había firmado 14 goles en las 12 primeras jornadas. Y en la 25-26 suma siete. La diferencia radica en esas dos inoportunas lesiones musculares (una con el Barça y otra con la selección) que han lastrado su crecimiento. Mirando las estadísticas anotó en el primer curso un tanto cada 70 minutos; ahora está acercándose porque es uno cada 81 minutos.
El domingo, y ya con el partido resuelto en Balaídos, Flick consultó con Lewandowski si era necesario la sustitución. Pero éste se sentía bien, recobrando en una sola noche las sensaciones que había perdido durante los dos primeros meses, por lo que se pactó que completara los 90 minutos.
En el ‘nuevo Lewy’ se aprecia también el liderazgo que ejerce en el campo, calmando al equipo tras el 1-1 e inyectando cordura tras el 2-2, los dos goles del Celta que devolvieron al Barça al manicomio futbolístico de Brujas.
Ya en el interior del vestuario de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí se había escuchado la experta voz del polaco para atenuar el volcán que amenazaba al juvenil grupo tras el ‘shit october’ con tres derrotas (Paris SG, Sevilla y Madrid) en cinco partidos.
«El jugador más profesional»
De ahí que el alemán le realizara una declaración de amor, tan inesperada como auténtica el pasado martes cuando elogiara en público a su nueve. «Desde que soy entrenador no he tenido ningún jugador más profesional que Robert Lewandowski, lo conozco desde hace varios años. Ha vuelto antes de lo esperado de la lesión», le dijo el técnico delante de la prensa europea en un mensaje que contenía, al mismo tiempo, una lección para todos sus compañeros.

Hansi Flick, habla con Dani Olmo instantes antes del comienzo para informarle que debía salir de titular tras lesionarse Marc Casadó en el calentamiento. / Lavandeira / EFE
Si él, ya más cerca de la jubilación, tiene esa capacidad para recortar plazos y llegar antes de lo previsto a su mejor nivel todos pueden hacerlo. Con ‘Lewy’ en el campo, el Barça sabe que dispone de un arma letal. Un tipo preciso y certero (22 remates en 570 minutos de Liga, 14 a puerta, siete goles), capaz de pilotar la transición de la ‘montaña rusa’ del primer tiempo en Balaídos al cómodo paseo en tio vivo mirando el paisaje de la segunda mitad.
Coincidió Lewandowski con Lamine Yamal en el once inicial por vez primera en esta temporada. El trío titular de la pasada temporada, junto a Raphinha, no se ha visto en este curso
Para entender lo que decía el polaco sobre el inicio de su temporada cabe recordar que el domingo, y ante el Celta, compartió titularidad por vez primera con Lamine Yamalen el frente de ataque. Ese trío con Rashford no se había dado tampoco nunca.
¡Qué decir del Lamine-Lewandowski-Raphinha que hizo volar al Barça camino del triplete doméstico! No se ven juntos en el campo desde la última jornada en San Mamés. O sea, desde el pasado 25 de mayo. Casi seis meses de orfandad para Flick,
Suscríbete para seguir leyendo














