Hay una estrategia ideal para ganar múltiples rondas del popular juego «piedra, papel o tijera», de acuerdo a una nueva investigación. El «truco» consiste en ser lo más aleatorio e impredecible posible y no prestar atención a lo que pasó en la última ronda, aunque resulte complejo dejarse llevar únicamente por el azar.
«Piedra, papel o tijera» parece un juego sencillo, pero la ciencia ha revelado que nuestros cerebros lo toman en serio y registran victorias y derrotas: esos “marcadores internos” influyen en cada decisión siguiente. Un equipo de investigadores de la Universidad de Western Sydney, en Australia, analizó decenas de miles de rondas del juego y la actividad cerebral de los participantes, para entender por qué las personas no logran ser verdaderamente impredecibles en la mayoría de los casos.
La conclusión clave, que se desarrolla en un nuevo estudio publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience, es simple y a la vez va en contra de la intuición: no existe un “movimiento mágico” que garantice la victoria en cada mano, sino que la ventaja real está en no dejar que el pasado dicte el próximo movimiento.
Cómo hacer que no «lean» tu próxima jugada
En otras palabras, los humanos tendemos a seguir patrones, que son detectables tanto en el comportamiento como en la señales de electroencefalografía (EEG). Cuando los jugadores permiten que el resultado anterior, ya sea victoria o derrota, condicione su próxima elección, se vuelven más predecibles y, de esta manera, más fáciles de vencer por el oponente, según indican los autores en un artículo publicado en The Conversation.
Los investigadores aplicaron técnicas de registro simultáneo de la actividad cerebral de dos personas y decodificación neural para ver cómo se representa en el cerebro la información sobre las acciones propias y ajenas durante la competencia. Lograron determinar la elección de un jugador observando señales cerebrales previas a la respuesta, un dato que demuestra que el cerebro no actúa en blanco: integra el historial reciente, las expectativas a futuro y las señales sociales al momento de decidir.
Referencia
Neural decoding of competitive decision-making in Rock-Paper-Scissors. Denise Moerel et al. Social Cognitive and Affective Neuroscience (2025). DOI:https://doi.org/10.1093/scan/nsaf101
Sesgos a evitar
Aunque no existe una fórmula mágica que permita ganar siempre, sí hay una estrategia práctica: ser impredecible. Es decir, generar secuencias lo más cercanas posible al azar y evitar ajustar las jugadas en función de la última mano. De esta manera, podría decirse que la mejor jugada es romper los propios patrones cerebrales, abandonar los impulsos y evitar cualquier «señal» que pueda ser leída por el oponente.
El hallazgo desvela cómo, en situaciones sociales competitivas, nuestro cerebro mantiene registros internos de interacciones pasadas y usa ese historial para modelar decisiones futuras. Ese mismo sesgo podría explicar errores en negociaciones o decisiones políticas, cuando se prioriza la reacción o se quiere «borrar» un paso en falso previo.













