miles de luces serpentean por las paredes de casas, hórreos, cocheras y cuadras

Si el espíritu de la Navidad consiste en compartir ilusiones y proyectos, Aciera (concejo de Quirós) es el pueblo más navideño del mundo. Extendidas –o más bien abigarradas– sobre la falda del macizo de Ubiña, las casi cincuenta viviendas de esta localidad compiten entre sí por convertir las fiestas navideñas en un canto a la sana vecindad, la imaginación y el buen gusto. «No creo que haya ningún pueblo en Asturias en el que toda la gente decore el exterior de sus casas», comentaba un vecino a LA NUEVA ESPAÑA.

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