A mediados del siglo XV, un tal Johanes se convirtió en el brujo más famoso de toda Navarra. Curioso con el nombre que tenía el tal Johanes. Aquel hechicero –que de mago tenía poco–, era un sacerdote que se valía de pobres trucos de magia para engañar al vulgo con tal de sacar cuatro monedas. Poderes como tal tenía pocos, no como Iñaki Sastre, bargotano de nacimiento y afincado en Oviedo desde hace unos meses, que predijo el ascenso azul a las pocas horas de pisar la capital carbayona.
«El día que llegué, jugaba el Oviedo contra el Huesca. Vi el partido y terminé convencido de que el equipo ascendía», dice este aficionado de Osasuna. A toro pasado es fácil decirlo, pero desde el primer momento que vio a un jugador azul tocar un balón, lo tuvo claro. «Ahora, toda la gente que he conocido me lo recuerda. ‘¡Tú lo sabías!’, me dicen. Siempre me ha gustado mucho el fútbol y aquel equipo tenía pinta de que ya le tocaba jugar en Primera», asegura.
Sastre llegó hace unos meses desde Logroño. Allí se crió. Jurista y politólogo, un banco asturiano le llamó para ofercerle trabajo y no lo dudó. «Siempre me ha gustado Asturias. Me encanta la idea de trabajar en el norte y en cuanto me ofrecieron este puesto de trabajo, poco tuve que pensar. A los cinco minutos ya estaba buscando pisos por el centro, aunque, vaya precios…», lamenta el hincha rojillo.
Iñaki siguió todos los partidos del Oviedo la temporada pasada. En Almería lo tenía claro: victoria fácil del Oviedo. «Y marcará Nacho Vidal, nuestro ex. En Pamplona ya estaba de capa caída, pero qué bien formamos a los jugadores», bromea. Terminó marcando dos goles en la ciudad indálica y siendo el segundo pichichi del equipo. Otra adivinanza del Nostradamus navarro. «En Miranda no se puede perder», dijo. Horas después, Sastre, con una camiseta azul, estaba sumergido hasta el pecho en la Gabinona.
«Ya me siento parte de esta ciudad», indica el jurista, que ayer pisó por primera vez el Tartiere. «Menudo campazo. He ido varias veces a El Molinón pero nada que ver. Este estadio es más bonito, más grande, y el césped parece una alfombra». Ayer pronosticaba un 0-3 a favor de Osasuna. No estuvo muy fino, pero se lo pasó bien. «Me gustaría que los dos equipos compitiesen bien en Primera, pero este año no estamos muy bien ninguno de los dos, aunque el Oviedo todavía tiene que asentarse en la categoría, claro», insiste.
No se sabe si el nuevo Brujo de Bargota es el nuevo pulpo Paul navarro. Pero que ayer, gracias a lo bien que lo acogió Oviedo, tenía el corazón dividido.














