Vivimos como hace 60 años

A Jesús, 88 años, le salvaron los gritos: «Auxilio, auxilio, que me muero». El anciano iba andando con unas bolsas por un sendero de su pueblo, Villaescusa la Sombría (Burgos, Castilla y León), a pocos kilómetros del yacimiento de Atapuerca, y tropezó. «Me fui de cara al suelo», recuerda. Comenzó a sangrar tanto que pensaba que se quedaba ahí. Estuvo gritando desde el suelo varios minutos. Afortunadamente, Puri, vecina, escuchó la llamada de socorro, y se fue hacia él. Puri intentó llamar al 112, el teléfono de emergencias. No escuchaba al operador. Para poder tener cobertura tuvo que irse más lejos, dejando a Jesús solo, sangrando. Al final, tras un buen rato, la ambulancia vino y al anciano, que pese a la edad está hecho un roble, le trataron la nariz rota y varias heridas más en el Hospital de Burgos.

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