Contexto normativo europeo y español
La Unión Europea aprobó ya una normativa que contempla la venta de nuevos vehículos de petróleo y diésel incluyendo muchas versiones híbridas hasta el año 2035, con el objetivo de alcanzar emisiones de CO₂ cero en los turismos nuevos. Según diversos medios, España y Francia han enviado una carta conjunta al bloque europeo para garantizar que esa fecha y sus condiciones no se vean debilitadas.
En España, la apuesta por la movilidad eléctrica se traduce también en restricciones locales: por ejemplo, muchas ciudades han establecido zonas de bajas emisiones (ZBE) que afectan a vehículos más antiguos o altamente contaminantes.
El planteamiento del Gobierno sobre híbridos y eléctricos
El Ejecutivo apuesta por prohibir los coches híbridos y que solo puedan circular los eléctricos, en línea con la solicitud que España habría remitido a las instituciones comunitarias.
En concreto, el artículo indica que España y Francia han pedido que no se debilite el calendario de eliminación de motores de combustión para 2035, y que se incluya explícitamente a los híbridos en esa restricción.
¿Qué se pretende con esta medida?
- Impulsar la venta y circulación de vehículos de cero emisiones (eléctricos de batería o de pila de combustible) como parte de la estrategia climática europea.
- Evitar que los híbridos enchufables, que siguen utilizando motor térmico, prolonguen la vida de combustión en el parque automovilístico.
- Garantizar que la inversión realizada por fabricantes europeos en electrificación y baterías no quede en riesgo por un cambio de rumbo en la normativa.
¿Cuándo entraría en vigor?
La fecha clave es 2035 para la venta de nuevos vehículos con motor de combustión. España reafirma en su carta que dicha fecha no debe aplazarse.
No obstante, la publicación de El Debate da un paso más al sugerir que el Ejecutivo español contempla también la circulación —no solo la venta— de híbridos como materia de restricción futura.
Impactos y retos para el sector automovilístico
La industria europea del automóvil da empleo a millones de personas y representa un porcentaje importante del PIB de países como España.
El cambio hacia modelos eléctricos plantea retos severos:
- Capacidad de producción de baterías en Europa y cadenas de suministro locales.
- Continuidad de empleo en fábricas autofabricantes de vehículos térmicos e híbridos.
- Aceptación del consumidor, infraestructura de recarga, coste de los vehículos eléctricos frente a híbridos o térmicos.
Argumentos críticos
Algunos análisis advierten que imponer un calendario tan rígido puede golpear la competitividad europea, más aún frente a fabricantes de otros mercados como China.
Por su parte, asociaciones de fabricantes piden mayor flexibilidad, tiempo y reconocimiento de combustibles sintéticos o e‑fuel como alternativa transitoria.
Lo que queda por definir
En el fondo, la normativa comunitaria para 2035 ya está aprobada en parte, pero la revisión pendiente y las excepciones aún por definir generan incertidumbre.
Factores clave que deben aclararse:
| Factor | Preguntas abiertas |
|---|---|
| Híbridos enchufables | Si podrán venderse o circular tras 2035 y bajo qué condiciones |
| Combustibles sintéticos (e‑fuel) | Si se considerarán como excepción a combustión interna en 2035 |
| Medidas de apoyo industrial | Qué incentivos habrá para fabricantes europeos y creación de empleo local |
| Infraestructura | Cómo se garantizará que la infraestructura eléctrica y de recarga esté preparada para el salto |
Relevancia para el conductor y comprador
Para quienes estén considerando la compra de un vehículo en los próximos años, las implicaciones pueden ser las siguientes:
- Los híbridos podrían dejar de tener ventajas reguladas o fiscales, especialmente si se considera su futura restricción.
- Los coches eléctricos podrían cobrar mayor impulso gracias a ayudas, regulación más clara y mayor preferencia normativa.
- Quienes tengan vehículos con motor térmico o híbrido deben tener en cuenta posibles restricciones de circulación (como ZBE) locales o nacionales.
Perspectiva final
El planteamiento del Gobierno de España, en sintonía con Francia, refuerza la hoja de ruta hacia una movilidad únicamente eléctrica o de emisiones cero nuevas para 2035. Aunque la restricción de venta de motores de combustión ya es oficial, la novedad reside en la insistencia de que ni los híbridos tengan un papel privilegiado, e incluso se apunta a su eventual limitación de circulación. Las implicaciones comerciales, industriales y para el consumidor son profundas y requerirán adaptación tanto del sector automovilístico como de los ciudadanos.













