Este Real Madrid no brilla, no enamora, no deslumbra, pero gana. Y al final, se trata de eso, ¿no? Sobre todo cuando el otoño acaba de llegar y todavía vivimos en ese horario de verano que ahora se quiere eliminar o dejar fijo, sigue sin quedar claro. El equipo de Xabi Alonso vive de momento, en su propio huso horario, el de la victoria: Con la excepción del descalabro contra el Atlético, este Madrid vive con el sol a su favor, líder en Liga, nueve puntos de nueve en la Champions. La Juventus lo descubrió este miércoles en la antesala de un clásico que, ya con horario de invierno, pondrá en hora los relojes de la Liga.
Mucho menos fiero de lo que sugiere la heráldica, al nivel de lo que cabe esperar de su actual plantilla, la otrora poderosa Juve careció del colmillo y del fútbol necesarios para provocar una sublevación en el Bernabéu. No habría sido injusto un reparto de puntos, pero el Madrid tiene a futbolistas como Vinícius y Bellingham (aún falta su fútbol, pero está ya su don para el gol) y la Juventus no. Así de simple.
Pruebas para el clásico
Alonso juntó por primera vez en el centro del campo a Tchouaméni, Güler y Bellingham, en lo que indisimuladamente era un ensayo para el clásico. La lógica dice que ese trío es, a medio plazo, la combinación que más fútbol puede aportar a este Real Madrid, aun cuando conlleve el sacrificio de Valverde, sea en el lateral (como ante la Juve) o en el banquillo. La práctica, hoy, dice que es una prueba piloto.
Los primeros 15 minutos, con dos peligrosas incorporaciones del carrilero Kalulu, evidenciaron las carencias del centro del campo a la hora de recuperar la posición y hacer la cobertura a los laterales. Güler será, seguramente, un excelente mediocentro el día de mañana, pero todavía le falta mucha mili, a quién no con 20 años, para evolucionar de exquisito ‘fantasista’ a centrocampista maduro.
El centrocampista del Real Madrid Arda Guler (i) pelea un balón con Weston McKennie, de la Juventus, durante el partido de la tercera jornada de la Liga de Campeones que Real Madrid y Juventus disputan este miércoles en el estadio Santiago Bernabéu. / Sergio Pérez / EFE
Algo similar, con otras características, le ocurre a su compatriota Yildiz, pero a esa misma edad ya porta el brazalete de la Juventus, el mejor reflejo de la decadencia del cuadro turinés en los últimos tiempos. En cuanto el Madrid entró en calor, con dos oportunidades de Tchouaméni en sendos saques de esquina, la Juve se empequeñeció, pese a los intentos de Brahim (titular en el hueco de Mastantuono) y Güler de agitar el avispero no terminaban de acelerar el fútbol de los de Xabi Alonso.
Mbappé avisa, Bellingham marca
Mbappé, con un chut duro en el área tras una buena jugada del internacional marroquí, fue el único que amenazó seriamente con reventar el cero a cero antes del descanso ante una Juventus cada más replegada sobre la portería de Di Gregorio, sin excesivo sufrimiento pero carente de argumentos para desafiar a su rival.
La tranquilidad, a ratos aburrimiento del Bernabéu, la reventó Vlahovic tras el descanso, en un ‘sprint’ de 50 metros con Militao que acabó con remate a portería del serbio y un pie milagroso de Courtois, que siempre está cuando se le necesita. Un aviso serio que pronto iba a pasar en el olvido. Siete minutos más tarde, Vinícius regateó a tres defensas con un movimiento y su disparo al palo lo recogió Bellingham para adelantar plácidamente al Madrid, ante la pasividad de los zagueros juventinos.

El portero del Real Madrid Thibaut Courtois (d) en acción este miércoles, durante el partido de la jornada 3 de la Liga de Campeones UEFA, entre el Real Madrid y la Juventus, en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. / JuanJo Martín / EFE
Lesión de Asencio
El inglés, que marcó su primer gol del curso, tiene ese don innato de la oportunidad aunque esté a años luz de su mejor versión. Un talento que es oxígeno puro en partidos que tienden al atasco, un factor que se repite con frecuencia en el Madrid en este arranque de curso. El gol, muy probablemente, le atornille a la titularidad el domingo contra el Barça.
Bien pudo ampliar su ventaja el Madrid en una doble ocasión de Valverde y Brahim que provocaron que Di Gregorio evocara, a modo de fiel tributo, al mito Buffon. Hubo tiempo al final para que la Juve buscara sin éxito el empate y también para que Asencio se retirara lesionado, lo que seguramente obligue a Huijsen a apretar para estar disponible ante el Barça, en un clásico en el que a uno de los dos le sobrevendrá el horario de invierno.
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