El Partido Popular (PP) hizo valer este miércoles su mayoría absoluta en el Senado para tumbar la primera iniciativa parlamentaria de la izquierda para introducir el derecho al aborto en la Constitución, tal y como plantea desde hace semanas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El debate en la Cámara Alta sirvió para escenificar el debate que sobre la interrupción voluntaria del embarazo se viene reviviendo, después de iniciativas polémicas como la promovida por Vox en el Ayuntamiento de Madrid, una iniciativa para que los servicios sanitarios informasen a las mujeres que fuesen a ejercer su derecho al aborto de los supuestos traumas posteriores a la intervención. El propio alcalde de la capital, el popular José Luis Martínez-Almeida, se vio forzado a rectificar esa medida. El anuncio de Sánchez de tratar de «blindar» el aborto en la Carta Magna se produjo también después del rechazo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al registro de médicos objetores al que obliga la ley, y a sus polémicas palabras en la Asamblea de Madrid, en un bronco debate con la izquierda de esa comunidad, cuando instó a marcharse a abortar a «otro lugar».
A todos esos episodios aludieron las senadoras de la izquierda, en un debate que fue íntegramente femenino, pues mujeres fueron todas las portavoces elegidas por los grupos parlamentarios para la ocasión. Olaia Duarte, del grupo de la Izquierda por la Independencia, le espetó a la derecha: «¿No se cansan de generar bulos sobre el registro de objetores?». La socialista María Fernández Álvarez reprochó al PP que llevase «cuarenta años haciendo con el aborto verdaderos ejercicios funambulistas» y la senadora de Junts per Catalunya, María Teresa Pallarés, reprochó a los populares que «se opongan históricamente al derecho al aborto», recordando su recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) a la ley de plazos aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2010, rechazado por el intérprete de la Carta Magna. Curiosamente, la senadora del PP Eva Ortiz, que volvió a denunciar una «cortina de humo» por parte del presidente del Gobierno al lanzar esta propuesta, defendió, en línea con su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, el derecho al aborto, y lo hizo blandiendo precisamente la sentencia del TC al recurso que en su día presentó su propia formación. Además, aseguró que la interrupción voluntaria del embarazo se puede practicar en toda España en centros tanto públicos como privados. Ortiz, además, reprochó al PSOE que llevando el aborto a la Constitución podría rebajar la categoría de ese derecho, que ya el TC consideró fundamental.
Las portavoces de la izquierda coincidieron en acusar al PP de cercenar los derechos de las mujeres y de dejarse llevar en este terreno por la extrema derecha de Vox. La senadora de esta última formación, Paloma Gómez, acusó por su parte a la izquierda de acometer un «ataque a las libertades, queriendo vetar a cualquier persona favorable a la vida».
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