Comparto mesa redonda sobre la DANA de Valencia del pasado año con el delegado de Aemet en la C. Valenciana. Un tipo honesto, profesional integro, excelente persona. Se suceden estos días muchos actos conmemorativos de esa tragedia que nunca debió ocurrir. Una de las cuestiones que he tenido claro desde esas fechas de octubre es que la ciencia no falló. Y Aemet, como parte importante del sistema español de gestión de las emergencias, estuvo a la altura de las circunstancias, completamente. Se podrá señalar la necesidad de mayor inversión en medios y personal de la Agencia que va a ser creciente, innegablemente, a la vista de la complejidad que el proceso actual de cambio climático impone en la circulación atmosférica de la región mediterránea. Pero Aemet no falló. Dio un aviso rojo temprano esa jornada con tiempo suficiente para comunicar ese elevado peligro a la población. En la región mediterránea, en este tipo de situaciones atmosféricas, la lluvia manda; independientemente de que luego puedan crecer más o menos los caudales en los ríos y barrancos. Un aviso rojo meteorológico es determinante. Un año después, un año triste, me reafirmo en la apuesta por la ciencia a la hora de conocer los fenómenos extremos, de aportar conocimiento para la gestión de las emergencias y para proponer soluciones que mejoren el estado de un territorio complejo, de riesgo, en muchos sitios mal organizado, como es el litoral mediterráneo de nuestro país; un espacio geográfico que va a convivir durante décadas con un proceso de cambio climático que va a más.