Si Flick me hubiera llamado…

Tras una vida en el Bayern repleta de títulos nacionales e internacionales, Thomas Müller sigue transmitiendo su energía a los 36 años en el Vancouver Whitecaps de la Major League Soccer (MLS), competición en la que recaló el pasado verano. Sin embargo, su destino pudo ser otro. Nada más y nada menos que el FC Barcelona, club del que el mediapunta se convirtió en un enemigo público por los goles que le marcó (8 en 10 partidos, además de dos asistencias) y la forma como los celebró, siempre especialmente efusivo.

No es que existiera la posibilidad real de ese cambio de rumbo de su carrera, aunque por su forma de hablar parece que tuvo la puerta abierta por si Hansi Flick, su exentrenador en el Bayern y en la selección de Alemania, y su gran amigo Robert Lewandowski, compañero en el club bávaro, hubiesen presionado al club azulgrana.

«Podría haber imaginado un futuro en Barcelona, sí», admitió en unas curiosas declaraciones en ‘Blickpunkt Sport’, explicando que «si Hansi Flick, que me conoce muy bien, me hubiera llamado y me hubiera gustado el proyecto en Barcelona, podría haberme imaginado algo así. Es un club de primer nivel en el que sabes lo que la gente espera de ti».

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En el Barça la figura del mediapunta presionador y llegador es fundamental. Las lesiones impiden a Dani Olmo desempeñar con continuidad ese rol, el técnico alemán ha pensado en ocasiones en Raphinha, pero el que puede hacerse con la titularidad en esa demarcación de forma definitiva es Fermín, a quien mucho ven un parecido futbolístico a Müller.



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