El momento que Ferit más temía ha llegado. Pelin está despierta, pero él no se ve capaz de entrar en esa habitación. Roto por la pérdida del bebé y aterrorizado ante la idea de que Pelin también pueda morir, le ha confesado a Seyran su miedo: “¿Qué le voy a decir? ¿Y si hablamos por última vez, qué voy a hacer?”.
Lejos de compadecerlo, Seyran se ha convertido en su mayor apoyo. Lo ha mirado a los ojos y le ha exigido que sea fuerte, que se convierta en el milagro que Pelin necesita para no rendirse: “Siempre has conseguido todo lo que has querido, Ferit. Siempre. Lo logras todo. Lo volverás a hacer”.
En ese momento, superado por la emoción, y en un impulso que ha salido del corazón, se ha acercado a ella, la ha besado y la ha abrazado con todas sus fuerzas, dejando claro que Seyran sigue siendo todo para él.