Han salido a la luz las sobrecogedoras cartas de despedida que condenados a muerte por el nazismo escribieron a sus familiares. Todos los detalles los ha dado este sábado la corresponsal de COPE en Berlín, Rosalía Sánchez.
En ‘Fin de Semana’ ha revelado que los textos permanecían ocultos en los archivos de la antigua prisión de
Stadelheim en Múnich. Estas misivas, escritas en las horas previas a la ejecución, nunca fueron enviadas a sus destinatarios.
Te informo de que hoy a las 5, 2 de noviembre, voy a ser decapitado»
Desconocido
Un cruel engaño
A los prisioneros se les hacía creer que sus cartas serían entregadas, un engaño que, según ha explicado la periodista, tenía un propósito oscuro. Lejos de ser un acto de humanidad, los agentes de la prisión utilizaban estas últimas palabras para buscar hilos de investigación y delatar a otros compañeros de la resistencia.
En ese momento de máximo dramatismo, los nazis esperaban que los condenados revelasen, casi sin querer, información valiosa.
Las condenas se basaban en delitos como la «desmoralización del espíritu alemán«. Este fue el caso de Karl, un joven de 27 años ejecutado por escribir una sátira sobre Hitler en una carta privada. Otros cargos incluían la ayuda a fugitivos o la «propaganda antialemana«. Los expedientes, que incluían la orden de condena y el certificado de ejecución, guardaban también estas cartas que nunca llegaron a su destino.
Un monumento que recuerda a los judíos que fueron fusilados en el Río Danubio por miembros del partido nazi húngaro
Fe y serenidad ante la muerte
Los textos, a pesar de la inminencia de la muerte, traslucen una profunda paz y una gran lucidez. En ninguna de las más de cincuenta cartas encontradas se aprecian rencor o deseos de venganza, sino una sobrecogedora aceptación. Un ejemplo es el de Marie, una anciana de 81 años, quien escribió: «Te escribo mi última carta, moriré en tres horas, doy gracias por mi vida. Creo que mi muerte beneficiará a mi Patria y a mi ciudad».
He vivido demasiado para callar ahora, que mis nietos sepan que su abuela murió rezando por un mundo mejor»
Detenida por rezar el Rosario frente a una iglesia clausurada
Muchas de las misivas reflejan una fe profunda, como la de Elizabeth, detenida por rezar el rosario frente a una iglesia clausurada en un acto considerado de protesta. En su despedida, dejó un mensaje para su familia: «He vivido demasiado para callar ahora, que mis nietos sepan que su abuela murió rezando por un mundo mejor«. Su caso es uno de los que más ha conmovido a la corresponsal.

El getho de Varsovia arrasado por los nazis en 1943
En busca de los descendientes
Ahora, los Archivos Estatales de Baviera se enfrentan a la ardua tarea de localizar a los descendientes de las víctimas para entregarles, décadas después, el último adiós de sus familiares. Un gesto que permitirá recuperar la memoria de abuelos, bisabuelos y tatarabuelos cuya entereza moral quedó plasmada en unas cartas que el Tercer Reich intentó silenciar para siempre.