Con los 40 a la vuelta de la esquina y decenas de películas a sus espaldas, Mario Casas (A Coruña, 1986) se siente al fin respetado. El público lo adora, como quedó claro en el último Festival de San Sebastián, donde presentó ‘La Cena’, una comedia de Manuel Gómez Pereira ambientada en la posguerra que acaba de llegar a los cines. Y la crítica no ha tenido más remedio que reconocer su versatilidad como actor: de ‘Muy lejos’, dirigida por su ‘acting coach’, Gerard Oms, donde daba vida a un hincha del Espanyol que encajaba su identidad sexual, a ‘El practicante’, donde era un tetrapléjico consumido por la amargura y que acabó con un romance real con su compañera de reparto, Déborah François. Y aunque la última novia de Mario Casas –ahora lo es Melyssa Pinto, ex concursante de ‘La isla de las tentaciones’– sigue siendo un tema imbatible para la prensa del corazón, ya no da más que hablar que su carrera, como él mismo llegó a temer. Como tampoco es ya sostenible que solo le fichen para que se quite la camiseta, un riesgo que corrió tras ser el ‘crush’ adolescente de toda una generación gracias a ‘Tres metros sobre el cielo’, que se concatenó con los bombazos de las series ‘El barco’ y ‘Los hombres de Paco’. El actor se plantó por un año, rechazando ese tipo de personajes, y entonces llegó ‘Grupo 7’, que marcó un cambio de rumbo en su carrera.
Espabilado y trabajador, nunca fue sin embargo una lumbrera. Le cuesta aprenderse los guiones y admite que era de “aprobado justito”. Colgó los estudios en segundo de bachillerato para irse a Madrid a hacer carrera como actor, tras una infancia en Martorell: se crió allí y habla perfectamente catalán, aunque es gallego. Amante de la velocidad y del bakalao en su adolescencia, ha pisado el freno. Se levanta a las 6:30, ha dejado el tabaco y el alcohol, y dedica sus tardes a ver cine y ejercitar su poderosa musculatura, con el boxeo como deporte fetiche. Escribe por las mañanas, un hábito que le salvó durante la pandemia, y ha comenzado a dirigir y ejercer de guionista. ‘Mi soledad tiene alas’, de 2023, es su opera prima.
Llama la atención de Scorsese
Estajanovista, no tiene problemas en mutar de aspecto, como cuando perdió 12 kilos para ‘El fotógrafo de Mauthausen’, ni en irse a vivir a un cortijo si hace falta para empaparse del acento jienense, caso de ‘La Mula’. En los últimos tiempos ha llamado la atención del mismísimo Martin Scorsese, productor de ‘Escape’. Por su prolífica carrera y porque al final no escapa de hacer de galán o de tipo duro la mayor parte de las veces, va camino de tomar el relevo de José Coronado.
Muy apegado a su familia, tal vez ellos sean un ingrediente de sus buenas decisiones profesionales. Su padre, Ramon Casas, dedicado a la construcción y su madre, Heidi Sierra, le tuvieron con 19 y 17 años respectivamente. “Vienen del barro”, ha dicho el actor, ya que la pareja se mudó a Barcelona sin nada que perder, y al final tuvieron cinco hijos. Sheila Casas, abogada, es la representante de Mario; Óscar y Christian Casas también se dedican a la actuación y el benjamín, Dani Casas, solo tiene 11 años. Con una excelente relación, la familia Casas pasó las últimas vacaciones en El Salvador, junto con Melyssa Pinto y la cantante Ana Mena, novia de Óscar. El actor, que en el pasado declaraba que le gustaría tener cinco hijos, ha sentado la cabeza.
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