En la 080 Barcelona Fashion se presentan marcas con estilos muy diferentes, pero algo que cada vez tiene más presencia son las firmas de ropa que apuestan por una moda queer o genderless, una moda que rompe con las normas de género a las que estamos acostumbrados a ver en las pasarelas.
Marcas como Dominnico, Benavente, Doblas, Aleixandri Studio o Carlota Barrera hacen colecciones donde se desdibujan los límites entre lo masculino y lo femenino, y proponen ropa que rompe con el concepto de prendas para hombre o para mujer.
Para Paco Benavente, director creativo de la firma Benavente, que presenta su colección ‘Capriccio per Benavente’, tiene la intención de unir y fusionar la ropa de ambos géneros, y desearía que cambiara la mentalidad de que la moda es algo rígido: “Me gustaría que no estuviera todo tan encorsetado porque la moda es versátil y cada uno puede expresarse como quiera. Creo que hemos llegado a ese punto real en la sociedad de vestirse como a cada uno le apetece y no tiene que despertar ningún tipo de prejuicio”.
Desde la organización de la 080 también apuestan con orgullo por esta tendencia. Marta Coca, project manager del evento, afirma que la moda refleja los cambios sociales: “La sociedad y la identidad de género son cada vez más fluidos y, como no podría ser de otra forma, la moda es pionera en este ámbito”. Además, Coca considera que la moda debe tener unos valores y estar comprometida con los colectivos que siempre han sido apartados: “La moda lo que hace es acoger identidades que, a veces, se consideran disidentes o marginadas y las pone en valor. Nosotros desde la 080 siempre hemos dicho que queremos tener una moda comprometida en muchos ámbitos”.
En el caso de Aleixandri Studio, su creador, Marc Aleixandri, entiende la moda como algo no binario y sin género porque es “la única forma» en la que sabe diseñar. Sus colecciones mezclan códigos de lo que socialmente no se puede concebir como masculino o femenino, pero lo hace de forma natural. Todas esas mezclas están hechas con la intención de que cualquier persona se pueda poner sus prendas: “No solo la parte estética tiene esas mezclas, sino también la parte conceptual y los temas que tratamos, y en las piezas, desde la parte más básica del patronaje al del diseño, el objetivo es que, independientemente de los géneros de los cuerpos que lleven esas prendas, esa prenda se adapte a esos cuerpos”.
La moda queer o sin género no pretende ser solo estética, sino que también tiene su punto de reivindicación y sirve como herramienta política y de resistencia. Así lo concibe Aleixandri, que ha presentado en la 080 su colección ‘In Nomine Heretica’, un paralelismo conceptual entre la caza de brujas de la Edad Media y la persecución histórica a las disidencias sexuales y de género. “La moda es la principal herramienta que tenemos para lanzar mensajes al exterior, por mucho que sea de forma consciente o inconsciente”, afirma el diseñador.
No todos los diseñadores que pueden relacionarse con la estética queer se reconocen dentro de esa etiqueta. Es el caso de Outsiders Division, creada por David Méndez, quien entiende su trabajo desde la autenticidad: “No me identifico como una marca queer, pero creo que toda la moda es bastante queer en general. Nosotros sí estamos vinculados por mí mismo con un público queer, pero no somos activistas ni tenemos un mensaje proactivamente queer”. Lo que sí afirma Méndez es que la moda es un canal para transmitir ideas: “Las prendas dan contexto, son poéticas, hablan de sentimientos y de sensaciones, y es un producto en el que se puede depositar mucho contenido, ya sea político, simbólico, cultural, social o educativo. Y cada vez más marcas optan por esto porque la gente está cansada de fingir una cosa que no es”.
Desde la 080, Marta Coca explica que esta realidad no es una tendencia pasajera: “Me gustaría que el público viera que este tipo de moda no es una moda que solo está presente en los desfiles y que es para el show o de colectivos disidentes. Esta es la nueva normalidad de hoy en día y en ella tienen cabida muchos tipos de género y de estéticas”. Está claro que la moda queer y sin género ha llegado para quedarse porque, al final, como dice el creador de Aleixandri Studio, “la ropa es ropa y la puede llevar cualquiera”.
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