A la sombra de los Andes y bajo la bóveda más clara del planeta el astrofotógrafo eldense Jordi L. Coy realizará, junto a los también reconocidos fotógrafos Fernando Rey y Glendor Díaz, un viaje que busca mucho más que imágenes: persigue la huella de la luz en el fin del mundo. La expedición a Chile partirá en la noche del próximo miércoles desde Madrid con un propósito tan técnico como poético: capturar el instante en que el desierto más árido de la Tierra florece bajo el arco luminoso de la Vía Láctea.
El proyecto, titulado «Chile: El gran viaje al fin del mundo», recorrerá durante siete intensos días los paisajes más sobrecogedores de las regiones de Aconcagua, Coquimbo y Atacama. Desde los siete mil metros de altitud de los Andes hasta el nivel del mar en el Pacífico, la travesía trazará una línea que une lo terrenal y lo cósmico.
En su ruta, el equipo explorará ciudades históricas, valles encantados, observatorios de prestigio mundial y el corazón del desierto de Atacama, el más árido del planeta, donde dos milagros raramente coinciden: la vida que emerge de la tierra y el universo que despierta sobre ella.
Los tres aventureros viajarán equipados con sus cámaras, cruzando montañas imponentes, bosques relictos y paisajes que parecen rozar el firmamento. Dormirán en enclaves remotos, pasarán noches enteras a la intemperie y se enfrentarán a la dureza de un territorio que desafía al cuerpo y a la técnica.
Su objetivo: crear imágenes icónicas que revelen la esencia de Chile, ese país que parece extenderse hasta el final de la luz.
Impulsada por Sernatur y organizada por Luzlux Producciones en colaboración con Tembeta Travel & Culture, esta iniciativa artística busca demostrar que, incluso en el fin del mundo, la luz es capaz de hacer florecer el desierto y encender el cielo más limpio del planeta.
De los tres fotógrafos, Jordi L. Coy es el especialista en atrapar el instante en el que el día se apaga y el universo se enciende. Su pasión: la astrofotografía integrada en el paisaje, una disciplina que requiere tanto precisión científica como sensibilidad artística y que lo han convertido en uno de los grandes referentes de la astrofotografía en España.
«Chile es un país de extremos… y de alineaciones perfectas», explica a este diario. «Mi misión será buscar lo casi imposible: componer escenas donde la puesta de sol y la Vía Láctea se crucen sobre volcanes, acantilados y desiertos. Quiero ir un poco más allá, quiero capturar el instante en el que la luz del día se apaga y el universo se despierta. Cada fotografía será un encuentro entre el tiempo y el cosmos», subraya Coy.
Con una planificación milimétrica y una mirada que une belleza natural, curiosidad científica y emoción humana, el astrofotógrafo –galardonado por el diario INFORMACIÓN con un premio Importante en 2023- ha consolidado una carrera meteórica. En los últimos años ha sido premiado en cuatro ocasiones por la NASA (APOD), finalista en los Sony World Photography Awards, representante de España en la Copa del Mundo de Fotografía 2023 (WPC) y ganador del Astrociutat 2024–Vía Láctea.
En esta travesía, los tres fotógrafos no solo persiguen imágenes, sino una idea: mostrar al mundo que Chile no es solo un territorio de extremos, sino un puente entre el origen y el infinito. Allí donde la luz florece sobre la arena y las estrellas parecen tocar la tierra comienza el fin del mundo y eso es, precisamente, el propósito de la nueva aventura del artista eldense.
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