La normalidad volvió este domingo a las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo de la Vall d’Uixó, que sin dejar de mirar al cielo y a las aplicaciones que anuncian la posición y progresión de las nubes cargadas de lluvia, pudieron retomar su programación con la primera jornada del triduo religioso que las distingue.
La procesión que conmemora la Trasladación, junto a la ofrenda a los patronos y la misa, suponen el inicio del triduo religioso de la Vall d’Uixó. / Fernando Nebot
Y es que la meteorología está marcando irremediablemente los primeros compases de las patronales. Si las precipitaciones no fueron impedimento para realizar el encierro y la primera tarde de bous al carrer, sucedió todo lo contrario con el embolado, que no se hizo porque el recinto estaba impracticable tras el chaparrón de última hora de la tarde, y con una de las convocatorias más exitosas por lo que respecta a la atracción del público en general, el Octubre Food Fest, que tuvo que renunciar a todos los conciertos en vivo programados, sin posibilidad de reagendarlos, como explica Juanma García, responsable de su coordinación en la directiva de las fiestas.
Distinto fue este domingo, cuando la gente, pese al cielo encapotado, no quiso perder la oportunidad de disfrutar de sus propuestas gastronómicas y musicales, en la víspera del día de los patronos.
Como antesala, decenas de personas asistieron a la ofrenda a la Sagrada Familia, la misa y la procesión, que cambió su trazado por el estado de algunas calles del recinto taurino tras la lluvia.
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