El cuento ha cambiado considerablemente tras el verano. La intranquilidad que cohabitaba en Ferraz antes de que el curso político cerrara por vacaciones, se ha mudado al número 13 de la Calle de Génova. El PP llegó al parón estival eufórico, observando a un PSOE que besaba la lona por los presuntos escándalos de corrupción que rodeaban al partido. Los vientos del otoño han soplado con fuerza, zarandeando el tablero político y modificando las cartas de las manos de los jugadores. Se han girado las tornas y ni la fragilidad parlamentaria del Gobierno ni los informes de la UCO parecen dañar a un Pedro Sánchez que ha noqueado a Alberto Núñez Feijóo. Y así lo refleja una encuesta que hace temblar al líder de la oposición, en un momento de máxima zozobra interna, con varios frentes abiertos y en un periodo cuasi preelectoral.
Sánchez ha jugado bien sus cartas con cuestiones como Israel, la inmigración y el aborto. Varios elefantes en la habitación del PP que, en cierto modo, se antojan ahora como caballos ganadores de sus adversarios de la ultraderecha. La atrofia discursiva de los conservadores en este tipo de cuestiones se refleja en el sondeo elaborado por el Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para Prensa Ibérica, en la que la ligera recuperación del PSOE no es tal si se equipara a la tendencia de la papeleta que encabeza Alberto Núñez Feijóo. Si bien es cierto que los socialistas han frenado varios meses de caídas, sus adversarios no sólo han entrado en barrena, sino que además Vox saca tajada de cada tropezón popular.
La encuesta deja a Feijóo y a Sánchez en prácticamente un empate técnico que favorece un impulso considerable de los de Santiago Abascal, que ya superarían el 18% de los votos, duplicando su presencia en el Congreso de los Diputados. Y es que, si se celebrasen elecciones generales ahora, esa hipertrofia ultraderechista dejaría al Partido Popular en 29 puntos, lo que se traduciría en una horquilla de 117-121 escaños por los 137 parlamentarios que sienta en la Carrera de San Jerónimo. Números que hacen temblar al líder de la oposición, máxime si se presta atención al terreno que Sánchez ha conseguido fagocitar, pasando de los 3,5 puntos a tan sólo 1,2 en los últimos cuatro meses.
#España 🇪🇸 – encuesta GESOP (12 oct): subidón de Vox 🥦, el PSOE 🌹 a 1p del PP 💧
💧 PP: 29% (117-121)
🌹 PSOE: 27,8% (112-117)
🥦 Vox: 18,4% (68-72)
🌷 Sumar: 8% (14-16)
🪻 Podemos: 3,7% (3-4)
🍋 ERC: 2% (8-10)
🍇 Junts: 1% (4-5)🎯 PollCheck: 5,5
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— EM-electomania.es (@electo_mania) October 12, 2025
Aun con todo, esa recuperación del PSOE – o retroceso del Partido Popular, según se mire – no entrega de nuevo las llaves de Moncloa a su actual inquilino. He aquí la otra derivada de la encuesta. Si bien el batacazo popular es considerable, la fragilidad a la izquierda de los socialistas merma las opciones de Sánchez para repetir al frente del Gobierno, dado que el bloque de las derechas sumaría un 47,4% de las votos y una mayoría absoluta que podría alcanzar los 193 diputados. Cifra inalcanzable a día de hoy para el bloque de la investidura.
Fragmentación en la izquierda
El problema para Sánchez persiste a su izquierda. La jugada de la polarización le está saliendo casi a la perfección, pero para que su plan cuaje en su totalidad necesita una izquierda unida. La fragmentación a la izquierda del Partido Socialista, con Sumar, Podemos y el resto de formaciones del espectro a la gresca y lejos de un entendimiento, deja al bloque de la investidura sin opciones para discutir los casi 200 escaños que sumarían Partido Popular y Vox.
A falta de definirse el futuro de Sumar, la estrategia electoral de Podemos y demás grupúsculos progresistas, el cómputo global de éstos apenas superaría el 11% de los sufragios. La coalición de Yolanda Díaz sumaría un 8% de las papeletas, traduciéndose en un margen de entre 14-16 diputados. Números que empiezan a sonar bien en clave magenta, pues recuperan medio punto tras las vacaciones de verano. Sin embargo, sus otrora socios de Podemos, capitaneados por Irene Montero e Ione Belarra, se quedarían con el 3,7% de los votos y mantendrían cuatro parlamentarios en la opción más beneficiosa que arroja la encuesta. En clave catalana, por su parte, destaca la subida de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que podría ocupar 10 sillones en el Congreso; y el enésimo retroceso de Junts, que coquetearía con el Grupo Mixto (4-5 diputados).
Erosión en fidelidad
Para comprender la fragilidad del Partido Popular hay que observar su debilidad en uno de los indicadores en los que siempre ha mostrado una fortaleza mayor que el PSOE: la fidelidad de voto. El líder de la oposición retendría al 62,3% de sus electores en 2023, pero los guarismos no son en absoluto positivos. Se trata del peor registro de las siglas conservadoras en los últimos tres años, incapaces de frenar la sangría de votantes a Vox (uno de cada 10 cambia el azul por el verde).
No obstante, y a pesar de que la tendencia del voto juvenil refuerza la opción de Santiago Abascal, Vox también sufre una fuga de voto similar hacia el Partido Popular, aunque logra conservar al 80% de sus votantes en las últimas generales. A ello, además, habría que sumarle que la papeleta ultraderechista es la que mayor tasa de conversión de indecisos aglutina, con un porcentaje de 12,7.