La mallorquina Reyes Rigo, la única española de la Flotilla Global Sumud que continuaba retenida en Israel, ha sido deportada y ya viaja de regreso a España, después de dos días de retraso. Según ha confirmado la cónsul española en Amán, la activista ha cruzado esta mañana la frontera entre Israel y Jordania, en el puente de Allenby, junto al grupo de la segunda flotilla ‘Thousand Madleens’, también interceptada por las fuerzas israelíes.
Rigo viaja en el mismo vuelo que los integrantes de ese grupo, que despegará esta noche con escala en Qatar y tiene prevista su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas mañana, lunes, a las 8:15 horas, en la terminal 4S. Desde allí, la mallorquina volará a Palma el mismo día, donde aterrizará a las 13:30 horas, acompañada por Lucía Muñoz y Alejandra Martínez, las otras dos activistas mallorquinas que participaron en la flotilla y que esperaban su regreso en España. Sus allegados confirman que el grupo de integrantes está bien y «con ganas de llegar a casa».
La activista ha sido la última española en abandonar territorio israelí, después de alcanzar un acuerdo con la Fiscalía que puso fin al proceso judicial abierto en su contra. A cambio de declararse culpable de dos delitos de agresión contra una funcionaria de prisiones y pagar una multa de unos 2.500 euros, fue puesta en libertad y autorizada a salir del país. La sanción será abonada por la regidora de Podemos en Palma Lucía Muñoz, portavoz de Podemos en Palma y compañera suya en la flotilla.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores confirman que su vuelta se enmarca en una operación coordinada entre los servicios centrales, la Embajada de España en Tel Aviv y el Consulado en Amán. «Ya no quedan españoles de la flotilla retenidos en Israel», subrayan desde el departamento que dirige José Manuel Albares, que ha gestionado la deportación de los últimos activistas en colaboración con las autoridades israelíes.
Rigo fue detenida el pasado 29 de septiembre durante la intercepción de la flotilla humanitaria rumbo a Gaza y permaneció diez días bajo custodia israelí. Su caso se alargó después de que una funcionaria penitenciaria la acusara de agresión. Aunque el proceso judicial provocó su retención durante más de una semana, la mediación diplomática española permitió finalmente su liberación y salida del país. Con su regreso, culmina el proceso de repatriación de los activistas españoles que participaron en las dos flotillas con destino a Gaza.