Las oleadas de solidaridad con el pueblo palestino no cesan. Este domingo por la tarde Palma ha vivido una nueva manifestación para clamar por «una Palestina libre». A las seis de la tarde los manifestantes se han concentrado en la plaza de España para recorrer las calles de la ciudad hasta Delegación de Gobierno en una clara muestra de solidaridad con Palestina, unos pasos reivindicativos que se han dado por las «víctimas civiles inocentes».
En su manifiesto, el colectivo de la sociedad civil por Palestina es tajante es sus afirmaciones: «La Franja de Gaza se ha convertido en los últimos años en un auténtico campo de concentración a cielo abierto. Sufrió bombardeos sobre la población civil y la destrucción de infraestructuras civiles básicas en repetidas ocasiones, incluso instalacioines construidas por la Unión Europea. Ahora va camino de convertirse también en un cementerio masivo por bombas, por sed, por hambre, por enfermedades…».
Los manifestantes han asegurado en su comunicado que «Palestina no ha podido construir su estado y el estadio sionista de Israel no ha definido aún sus fronteras ante la ONU y tiene responsabilidades como potencia ocupante». Con su marcha por el centro de Palma, hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para garantizar que se lleve a cabo un proceso político más amplio que logre poner fin a la ocupación y al bloqueo de Gaza. Un proceso que aborde las cuestiones relativas al estatus final, que incluyen el estatus de Jerusalén, las fronteras, la seguridad y los derechos de agua, así como la libertad de movimiento de la población palestina y el derecho al retorno de las personas en la diáspora».
Grito por la paz
En su escrito, los manifestantes dejan claro que se concentraron para expresar su solidaridad con el pueblo de Palestina, que tiene derecho a existir, a desarrollarse en paz y libertad. «Exigimos que la paz prevalezca y que cesen de forma inmediata las hostilidades para que se ponga fin al ciclo interminable de violencia y sufrimiento que está viviendo la población civil».
Recuerdan que la partición del territorio por la ONU en 1947 fue «una partición injusta desde el inicio pero que nunca se cumplió». «Desde el primer momento, las consecuencias para los palestinos han sido terribles: expulsiones masivas, robo de recursos, asesinatos, destrucción de viviendas palestinas, detenciones arbitrarias, incluso de niños sin causa y sin juicio», han lamentado los manifestantes reunidos para clamar por la paz en Palestina.