El miércoles fue día de sobresaltos en el Congreso… y al otro lado del Atlántico, en México. La luna de miel del diputado del PP Guillermo Mariscal estuvo a punto de convertirse en el escenario del peor día de su vida política.
Los populares rozaron el bochorno cuando la ausencia del también secretario tercero de la Mesa, amenazaba con hacerle ganar a Pedro Sánchez la votación de la Ley de Movilidad Sostenible, hasta ese momento en el alero.
A sus 51 años, el ya veterano parlamentario no dejaba de contestar llamadas y mensajes desde la Carrera de San Jerónimo, convirtiendo su luna de miel en una de hiel.
Sus compañeros socialistas en la Mesa se habían percatado desde el martes de su ausencia, y avisaron a la dirección del grupo: tal vez, no iba a hacer falta ningún pacto de última hora con Podemos.
Fuentes del entorno de Mariscal admiten que él mismo había elegido México como destino para su viaje de bodas, «por si ocurría algo», ya que hay vuelo directo con Madrid.
Pero ese algo se precipitó en la tarde del martes.
«Actuación caciquil»
Ya desde el país azteca, Mariscal solicitó el voto telemático para la sesión de este miércoles. Sin embargo, la Mesa del Congreso (en su ausencia) se lo denegó.
El Reglamento no incluye el matrimonio entre las causas para la ausencia no presencial. Pero lo cierto es que el órgano de gobierno de la Cámara sí que autorizó, en mayo, que el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis viajara a una final europea del Betis y votar desde Breslavia (Polonia).
El PP recuerda que el líder andaluz del PSOE se inventó que iba «en viaje oficial, y en representación» de la presidenta, Francina Armengol, para justificar el desplazamiento, sufragado por los fondos de la Cámara.
Y los populares lamentan esa «nueva actuación caciquil» del PSOE y sus socios.
Pero lo cierto es que el sofocón se atisbaba desde lejos en las bancadas del PP. Porque Moncloa necesitaba 175 votos para aprobar la norma sin fisuras.
Podemos tensaba la cuerda hasta última hora, exigiendo paralizar las ampliaciones de Barajas, El Prat y el puerto de Valencia.
Aunque lo cierto es que ya habían alcanzado un pacto con Óscar Puente, ministro de Transportes, para añadirle unas salvedades medioambientales de tipo muy técnico a los planes para el aeródromo barcelonés. «Nada que cambie nada», por otro lado, en palabras del entorno del ministro.
Y la resolución feliz para el PSOE se confirmó cuando el presidente Sánchez apareció sonriente para votar de manera presencial, algo poco habitual e inesperado, y asegurarse la foto.
Al final, la ley salió con 174 votos. Y la ausencia de Mariscal no tuvo efecto alguno. A pesar de ello, las filtraciones desde el entorno de Armengol lograron su objetivo y varios medios publicaron notas calificando de «negligencia» del PP la situación.
Un leal con ‘expertise’ energético
Guillermo Carlos Mariscal Anaya nació en Madrid el 9 de mayo de 1974, pero es diputado por Las Palmas desde hace ya 20 años.
Es abogado de formación, especializado en Derecho de la Energía, lo que le granjeó el puesto de portavoz de referencia del PP en pasadas legislaturas. Mariscal ha defendido el «cerrojazo nuclear» de Sánchez como un «suicidio energético».
En 2018, Pablo Casado le convirtió en portavoz adjunto del grupo parlamentario y, desde agosto de 2023, se sienta en la Mesa del Congreso. Con más de 1.000 iniciativas presentadas, es un «parlamentario experimentado» con capacidad de negociación transversal… y un sofocón de más.