El Gobierno ha hecho descansar en el flujo de los fondos europeos del plan de recuperación una de las principales garantías para gobernar con los Presupuestos prorrogados. Pedro Sánchez incluso llegó a denominarlos “presupuestos bis” para rebajar el impacto político y económico de no sacar adelante unas nuevas cuentas públicas. Por eso, para el Gobierno tenía especial importancia salvar la ley de movilidad sostenible en el pleno del Congreso celebrado este miércoles. La norma, que llevaba amenazando Podemos antes del parón estival, contiene medidas pactadas con Bruselas de las que dependía un próximo desembolso de 10.000 millones de euros de los fondos europeos.
Finamente se aseguró su aprobación arrasntrando a Podemos al bloque investidura. Aunque con el inestable margen de solo un voto, la ley podría haberse aprobado sin el concurso de Podemos debido la ausencia de un diputado del PP. La Mesa del Congreso rechazó en su reunión del pasado martes la solicitud de su voto telemático al no ajustarse a las causas recogidas por el reglamento.
El Ejecutivo, sin embargo, quiso priorizar la negociación con los morados para evitar sustos y cohesionar la mayoría de investidura. El rechazo de Podemos a la subida del impuesto al diésel, junto a PP y Vox, ya tuvo consecuencias el pasado mes de julio. El quinto pago de los fondos se recortó en alrededor de 1.100 millones, principalmente por no cumplir con esta reforma fiscal dentro del calendario pactado con la Comisión Europea.
El riesgo de que Podemos uniese sus votos a la oposición conservadora para tumbar esta ley crucial del ministerio de Transportes llevó al Gobierno a recular el pasado mes de junio. Entonces, se desconvocó in extremis la comisión de Transportes donde se iba a votar el dictamen de la ley, ante la falta de garantías de aprobarla una vez llegada al pleno del Congreso. Con las negociaciones en punto muerto y una imagen de parálisis legislativa, se impuso la decisión de reactivarse. Los morados dejaron en el aire su apoyo hasta el último momento.
Durante el debate de la norma, Podemos mantuvo su amenaza de tumbar la ley, que el diputado Javier Sánchez calificó desde la tribuna como “insuficiente e inútil”. Para evitarlo, exigió por escrito “un compromiso claro por escrito de que no habrá ampliación de El Prat, porque la bandera de la movilidad no puede ser solo una chapita que se pone en los días alternos, mientras seguimos alimentando un modelo de economía fósil que quema nuestro planeta”.
Una exigencia que se plasmó poco después. El ministerio de Transportes se comprometió a reforzar la protección ambiental del proyecto, consiguiendo a cambio la abstención de Podemos. «De acuerdo con las previsiones temporales y las disposiciones legales de elaboración de los documentos de regulación aeroportuaria y por todas las razones expuestas, la ejecución material de la ampliación no se realizará en el DORA III, salvo las actuaciones de naturaleza ambiental o de naturalización», recoge uno de sus puntos. Aunque no estaban previstas obras en el actual DORA, los morados lo celebraron como un aplazamiento de las obras de ampliación del aeropuerto de El Prat «al menos hasta 2031».
El Gobierno coge aire al garantizar uno de los hitos vinculados al próximo desembolso de los fondos UE. Políticamente, además, logra recomponer la mayoría de investidura, contrarrestando la tendencia de varapalos parlamentarios que acumulaba desde el arranque del curso político. Junto a esta ley, el Ejecutivo logró aprobar la convalidación del decreto de embargo de armas a Israel al encajar la pieza de Podemos, la única que faltaba para completar el puzle tras avanzar Junts su voto a favor. Los morados se acabaron decantando por el sí pese a sus duras críticas contra un plan tachado de “fake”.
Negociación de Presupuestos
La victoria parlamentaria del Ejecutivo aleja así el fantasma de un Podemos instalado en el ‘no a todo’ y en Moncloa recuperan cierto optimismo para negociar los Presupuestos Generales del Estado de 2026. Con todo, fuentes parlamentarias de Junts aseguraban este miércoles que no tenían conversaciones con el Gobierno sobre el proyecto. Podemos, por su parte, mantiene la exigencia de romper relaciones diplomáticas con Israel e intervenir el mercado de la vivienda. Los negociadores del Ejecutivo tildan estas propuestas de inasumible y confían en rebajarlas.
La falta de avance en las negociaciones ha llevado a Moncloa a asumir una nueva prórroga técnica de los Presupuestos. Esto es, que el 2026 arranca sin unas cuentas en vigor. A la espera de aprobarse todavía el primer paso de la senda de estabilidad, en Moncloa calculan que la presentación de los Presupuestos se irá a noviembre, como calendario más realista.
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