El “chamaquito del barrio”, con mentalidad de guerrero, que encandila al levantinismo

Son solo dos titularidades consecutivas, consumadas notablemente tras dar pinceladas de sus capacidades como centrocampista durante sus tres primeras apariciones con el Levante (Betis, Girona y Real Madrid), pero sus actuaciones en la medular levantinista, por pocas que sean, han sido suficientes para maravillar a un coliseo de Orriols que ya se siente identificado no solo con su fútbol, tan destructor en defensa como valiente en ataque, sino también con sus principios. “Es un jugador importante, con jerarquía, que nos va a sostener mucho en el campo. No tenemos sus características en la plantilla”, dijo Julián Calero tras el empate frente al Betis. Las frustrantes horas posteriores al encuentro contra el Real Madrid, donde el conjunto granota cayó derrotado mediante un doloroso 1-4, no mermaron la forma de ser de Kervin Arriaga frente a los aficionados que quisieron inmortalizar su firma o su presencia a través de una foto. El centrocampista atendió, durante 60 minutos de reloj, a absolutamente todo el mundo a pesar de las horas, inmersas en la medianoche. Sin embargo, no le faltaron razones. Tampoco aparentó su comportamiento, fruto tanto por unos inicios llenos de obstáculos en el universo del fútbol,, donde fraguaron al Kervin Arriaga bondadoso y agradecido de la actualidad, como por su ambición de devolverle al Levante la confianza depositada en sus servicios.

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