Hamás condiciona la liberación de todos los rehenes a la retirada total de las tropas israelíes de Gaza. Una cláusula que no contempla la propuesta de paz original de Donald Trump pero que la milicia palestina quiere introducir en las negociaciones en curso.
El plan de 20 puntos que la Casa Blanca hizo público el pasado lunes traza tres líneas imprecisas sobre la Franja para demarcar el retroceso militar israelí, pero no concreta ningún calendario de retirada. Sólo divide en dos fases el proceso y lo vincula a la liberación de los secuestrados y la movilización de la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés), dependiente de Estados Unidos y los países árabes.
La propuesta de Trump, sobre la que Benjamin Netanyahu y su consejero áulico Ron Dermer consiguieron introducir una serie de modificaciones, cede a las tropas israelíes casi la mitad de Gaza por tiempo indefinido. Hamás quiere cambiar ese punto, por eso pretende hacer coincidir la liberación del último rehén con la retirada definitiva de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Bajo la presión asfixiante de Trump, el Gobierno de Netanyahu tendrá ahora que hacer ciertas concesiones a una delegación que intentó matar (sin éxito) el mes pasado mediante un ataque aéreo sin precedentes sobre la capital de Catar.
En el segundo día de negociaciones en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij, las partes abordaron los «detalles prácticos» de la ejecución del acuerdo, «ya sea en lo que respecta a la fuerza internacional en Gaza, la entrega de rehenes, el intercambio de prisioneros o cuestiones como la entrada de ayuda humanitaria al enclave», según el Ministerio de Asuntos Exteriores del Emirato.
«Todas las partes han aceptado este plan, por lo tanto no hay objeciones en cuanto a su contenido de 20 puntos», matizó este martes en rueda de prensa el asesor del primer ministro catarí Majed al-Ansari.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, avanzó 24 horas antes que las partes habían estado «revisando la lista tanto de los rehenes israelíes como de los prisioneros políticos [palestinos] que serán liberados».
El acuerdo que anunció Trump contempla la liberación de todos los secuestrados en las primeras 17 horas desde su entrada en vigor. A cambio, Israel excarcelará a 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua. También abandonarán las cárceles israelíes otros 1.700 palestinos que fueron detenidos en el transcurso de la guerra en Gaza, entre los que figuran mujeres y niños.
Trump, optimista
Trump es optimista. El presidente de Estados Unidos comentó este lunes desde el Despacho Oval que Hamás había aceptado hasta la fecha «cosas muy importantes», pero advirtió al mismo tiempo que «si no se cumplen ciertos puntos, no lo vamos a hacer».
«Lo único que puedo decir es que Hamás ha estado bien. Espero que siga así. Realmente creo que vamos a lograr un acuerdo», subrayó el mandatario republicano, que aseguró que todas las partes implicadas en las conversaciones (y las que no) quieren sellar el acuerdo. «Incluso recibimos una fuerte señal de Irán de que quieren que suceda», presumió.
Catar rebaja, sin embargo, la euforia de Trump, que reiteró este martes durante su encuentro con el primer ministro canadiense, Mark Carney, que existe una «oportunidad real» de poner fin a dos años de guerra.
Las declaraciones del jefe del equipo negociador de Hamás justificaron la contención de Doha. Jalil al-Haya pidió este martes a su llegada a Egipto una serie de «garantías por parte del presidente Trump y de los países patrocinadores de que la guerra terminará de una vez por todas».
—¿Qué garantías les está dando a sus socios árabes de que Israel no reanudará su ofensiva una vez que los rehenes sean liberados? —preguntó a Trump un periodista durante la comparecencia con el premier canadiense.
—Tenemos mucho poder y vamos a hacer todo lo posible para asegurarnos de que todos cumplan el acuerdo —replicó el inquilino de la Casa Blanca.
El yerno de Donald Trump, Jared Kushner, junto al enviado especial de EEUU a Oriente Próximo, Steve Witkoff.
Reuters
Kushner y Witkoff llegan a Egipto
El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y el yerno del presidente, Jared Kushner, aterrizan este miércoles en Egipto. Los dos muñidores del plan de paz para Gaza de la Casa Blanca se incorporarán en las próximas horas a las negociaciones y no abandonarán el país norteafricano sin sellar un acuerdo, según adelantó este martes el digital Axios.
Otro de los invitados a la nutrida mesa de diálogo de Sharm el-Sheij será Ibrahim Kalin, el jefe de los servicios de inteligencia turcos, según confirmó el oficialista Daily Sabah. Kalin es hombre de la máxima confianza del presidente Recep Tayyip Erdoğan, cuya intervención resultó crucial a la hora de acercar posturas entre Trump y Hamás.
También tendrá un asiento reservado en las conversaciones el primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, con quien Netanyahu se disculpó el pasado lunes a instancias del mandatario estadounidense por el bombardeo israelí en Doha contra los líderes de Hamás.
La acumulación de pesos pesados en Sharm el-Sheij, una ciudad turística a orillas del mar Rojo, hace presagiar que el acuerdo es cuestión de tiempo.
Hamás, de todos modos, no quiere saber nada del ex primer ministro británico Tony Blair. Miembro de la denominada junta de paz que, según el plan de Trump, supervisará a la administración técnica palestina que gestionará el día a día en Gaza, el antiguo líder laborista es, en palabras de Husam Badran, miembro de la oficina política de Hamás, «un socio del diablo» con un historial «sangriento» en Irak.
Pero la prioridad de la milicia palestina es, según el dirigente Fawzi Barhoum, el alto el fuego «permanente y completo» en la Franja.
Las negociaciones avanzan a velocidad de crucero, pero las tropas israelíes mantienen su ofensiva en la Franja. De hecho, Al-Ansari advirtió este martes que «el alto el fuego inmediato por parte de Israel depende del Gobierno israelí, que, según lo anunciado, debía haber cesado las hostilidades tras aceptar el plan de Trump; sin embargo, la realidad sobre el terreno contradice esta afirmación debido a la continuidad de las operaciones militares».
Nobel de la Paz
El lunes, el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos nominó a Trump para el premio Nobel de la Paz, un galardón codiciado por el presidente de Estados Unidos.
Este martes, Trump agradeció a los familiares de los secuestrados a través de un comunicado en el que decía estar «decidido a lograr que todos los rehenes regresen a casa y asegurar la destrucción total de Hamás, para que estos actos horribles no se repitan jamás».
«Que Dios los bendiga a ustedes y a sus seres queridos, y que continúe bendiciendo a los Estados Unidos de América y al Estado de Israel, mientras rezamos para que este conflicto llegue a su fin en los próximos días, o si no», concluye la misiva.