así fue el recital en un invernadero de cristal

En la plaza de Porlier, en pleno casco antiguo, un cristal separaba y conectaba al espectador con la música. En el interior de una estructura que simulaba un invernadero, un piano de cola llamaba la atención del público que se desplazaba por las calles de Oviedo para sumergirse en las variadas propuestas de la Noche Blanca.

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