Los números son, en sí mismos, objetivos, las divergencias surgen cuando se comparan con otros o se interpretan.
Las migraciones han sido permanentes a lo largo de la historia; hoy, los países a los que acuden los migrantes para mejorar su vida, se niegan a compartir su bienestar al tiempo que necesitan esa mano de obra porque sus tasas de natalidad decrecen.
Ni las barreras ni la permisividad desordenada son la solución, porque la realidad tozuda se impone irremediablemente. Entran y son abandonados a su suerte, no pueden trabajar, carecen de recursos, no se facilita la integración, viven marginados y, muchos de ellos, abocados a la delincuencia.
El Gobierno y su mayoría parlamentaria desechan el apelativo de ilegales, pese a cruzar una frontera de la UE sin la documentación exigida. La sensibilidad humanitaria que aducen, es hipócrita, dado el olvido en que caen tras rescatarles del mar.
También se niegan a aceptar la vinculación entre inmigración y delincuencia -naturalmente, de una parte de la inmigración- basándose en que esa actitud genera odio.
Y a partir de aquí, los supuestamente humanitarios y negacionistas de la relación entre inmigración y delincuencia califican a quienes no piensan igual, como ultraderecha, insolidarios, racistas y xenófobos.
Nada mejor que unos sencillos datos del Ministerio del Interior. La población reclusa a 31 de diciembre de 2024 era de 59.200, de los cuales 18.500 eran extranjeros (27 % marroquíes, 11 % colombianos, 8 % rumanos, 7 % argelinos, …). A 31 de diciembre de 2018 los reclusos totales ascendían a 46.900, de los cuales 12.800 eran extranjeros (29 % marroquíes, 9 % colombianos, 7 % rumanos, …).
Resumen: a finales del año 2024, 1 de cada 3 reclusos era extranjero y a finales del año 2018 la proporción era 1 de cada 4.
A 31 de diciembre del año 2024 había 285 reclusos extranjeros por cada 100.000 extranjeros residentes en España y en el 2018, 272.
La población reclusa extranjera ha aumentado en los 6 últimos años un 44 %. ¿Por qué? Quienes gobiernan y la oposición tendrán que analizar las causas sin introducir ideología, para frenar la inmigración y sus consecuencias negativas con objetividad y sentido común.