El pleno municipal de septiembre aplazado ha encontrado un hueco, a sugerencia del PSPV, para debatir sobre la polémica retirada de la placa vecinal colocada en el Pont de la Solidaritat. La conversación política ha estado precedida de una introducción a tres voces, las de tres vecinas de La Torre que intervenían como portavoces de la asociación de familiares del colegio Padre Manjón y la asociación vecinal.
Primero ha hablado Consuelo Ribeiro para pedir un acto de reconocimiento para todos los pueblos afectados por la barrancada y las víctimas de aquel fatídico suceso, tras lo cual se unieron miles de personas en un acto de solidaridad atravesando el puente renombrado por la conselleria. “El 9 d’Octubre el señor Mazón tendrá miles de policías para escoltarlo pero el 29 de octubre las víctimas estábamos solas. No teníamos policías ni bomberos”, ha comparado la vecina.
Aniuska Dolz ha recogido el testigo para recordar que los días posteriores a la dana, esa pasarela ciclopeatonal que cose La Torre con San Marcelino se transformó en un reguero de gente solidaria llevando víveres a los pueblos afectados, algo que la asociación vecinal reconoció bautizado la pasarela como “Pont de la Solidaridad”. El pleno del ayuntamiento oficializó ese nombre a propuesta del Consell de Joventut, pero la Conselleria de Medio Ambiente retiró esta placa y la sustituyó por otra donde se leía “Pasarela de la Solidaridad Ingeniero Jorge Meliá Lafarga”. Aquello sentó mal a los vecinos.
«Nuestro mayor premio sería la dimisión de Carlos Mazón»
Finalmente, tras la intermediación de la concejala Julia Climent, la pedanía recuperó su placa y el puente una réplica del cartel original. Todo esto lo ha recordado Aniuska antes de manifestar: “Respecto a las medallas –el PSPV había dicho que los pueblos pedáneos merecían las distinciones de este año– ese no es nuestro objetivo, lo hemos expresados a todos los grupos. Nuestro mayor premio sería la dimisión de Carlos Mazón”.
En tercer lugar, Elvira Puchades, también de La Torre, ha radiografiado las carencias que todavía presenta su pueblo un año después de la barrancada: “Falta intervención en el alcantarillado y las acequias. En las lluvias de esta semana una acequia se reventó y se desbordó dejando a su paso un reguero de aguas fecales. En sociopolis los huertos urbanos están igual que tras la dana, han muerto muchos árboles y otros están moribundos. Todavía quedan muchos solares por limpiar que se han convertido en estercoleros y escombreras: es cierto que la mayoría son privados pero el ayuntamiento tiene potestad para requerir al ayuntamiento la limpieza de los mismos”, ha pedido.
“Hay ascensores que todavía no funcionan, aceras sin reparar y contenedores sin reponer”, ha continuado Puchades. “Bancos públicos con grietas, desvencijados o con barro de la dana, y respecto a esto último leemos la noticia de que la alcaldesa presenta un proyecto para unificar la estética urbana en el centro de València y acabar con la colección de maceteros. ¿Estas son sus prioridades? ¿La estética del centro de la ciudad y no la dignidad o salubridad en las pedanías del sur?”, ha preguntado a la primera edil la vecina de la pedanía más golpeada por la dana.
Suscríbete para seguir leyendo