Nunca te esperarías encontrar un jacuzzi natural en mitad de una costra de lava, un ojo redondo abierto en la roca que se llena al ritmo de las olas.
Sin embargo, en la franja de Sardina del Norte (Gáldar, Gran Canaria) existe un charco muy especial donde el mar juega a escultor: cuando sube la marea, la caldera se colma; cuando baja, queda una taza azul turquesa en calma.
Hay quien lo llama “jacuzzi”, otros “charco redondo”. El nombre importa poco, pero la sorpresa al conocerlo, todo.
Un escenario de lava, espuma y silencio
El círculo, casi perfectoc se incrusta en la lava alveolada de la costa norte. La ola rompe fuera, la presión empuja el agua por grietas invisibles y renueva la “bañera” con un burbujeo suave.
La luz entra a plomo y el fondo de cantos rodados enciende la gama completa de azules.
No es el único: en esta costa hay más charcos y piscinas naturales, desde Roque Prieto a La Punta de Gáldar, si bien este es el probablemente el que mejores proporciones tenga.
Parte de la magia es no decir el punto exacto. Estos lugares sobreviven mejor cuando el hallazgo forma parte de la experiencia: caminar el litoral, leer la marea, dejar que el rumor del Atlántico te guíe.
Cómo disfrutarlo
Para disfrutar de este “jacuzzi” natural conviene ir con mar en calma y media marea. Si hay oleaje, mejor contemplarlo desde arriba: en costas volcánicas los golpes de mar pueden sorprender incluso en días aparentemente tranquilos.
Mantén el respeto al entorno y no geolocalices el lugar, no dejes basura y evita tallar o excavar “escalones” en la roca.
Y si el mar está bravo, ten un plan B: en la ruta norte hay otros charcos cercanos con accesos señalizados y zonas de baño preparadas.
Es verdad que los charcos de Sardina del Norte son un secreto a voces, pero no así este impresionante ‘jacuzzi’ formado por años de erosión. No hace falta un pin exacto para vivirlo: basta con madrugar, seguir la línea de costa y dejar que el Atlántico te regale su arquitectura.
Si cuidamos estas bellezas, seguirán ahí, redondas y azules, sorprendiendo al próximo que llegue sin GPS y con ganas de aventura.