Estados Unidos ha decidido responder al pedido de auxilio desesperado del presidente, Javier Milei. Después de una semana turbulenta que obligó al Banco Central (BCRA) a vender más de 1100 millones de dólares para contener el alza del precio de la divisa, y en medio de encuestas que le auguran malas noticias a la ultraderecha argentina en octubre, el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, hizo pública la voluntad de la administración de Donald Trump de sostener al anarco capitalista. «La Argentina es un aliado sistémicamente importante de Estados Unidos en América Latina, y el Departamento del Tesoro está dispuesto a hacer lo que sea necesario dentro de su mandato para apoyar a la Argentina», dijo Bessent. Los mercados respondieron favorablemente al anuncio, aunque no se sabe cuánto dinero recibirá el Gobierno ni las condiciones que podría exigir Washington para otorgar un préstamo. El ministro de Exteriores, Gerardo Werthein, dijo que es «falso» que se esté hablando de 30.000 millones de dólares. El secretario del Tesoro apenas señaló que «todas las opciones de estabilización están sobre la mesa».
Milei le agradeció el apoyo del magnate multimillonario en su cuenta en X. «Enorme agradecimiento a Bessent y Trump por el apoyo incondicional al pueblo argentino, que hace dos años eligió dar vuelta un siglo de decadencia con mucho esfuerzo». Y añadió: «los que defendemos las ideas de la libertad debemos trabajar juntos para el bienestar de nuestros pueblos. Nos vemos el martes en Nueva York. ¡Viva la libertad carajo!». La reunión bilateral, con la imagen de los dos presidentes sonrientes, es considerada por el Gobierno un triunfo político. Milei espera también tener un encuentro personal con el premier de Israel, Binyamin Netanyahu, a quien considera otro de los aliados vitales.
Bessent también dijo que la Casa Blanca sigue «confiando en que el apoyo del presidente Milei a la disciplina fiscal y a las reformas pro crecimiento son necesarias para romper la larga historia de declive de la Argentina». Los medios de prensa interpretaron que se avecinan un mayor ajuste económico y otros condicionamientos. También recordaron que hace 25 años, el entonces presidente Fernando de la Rúa fue objeto también de un respaldo de características similares que se conoció como «blindaje». Un año más tarde debió abandonar el poder por los mismos motivos que se vislumbran en el presente: falta de financiamiento y dificultad para impedir una devaluación que pusiera fin al precio artificial del dólar bajo.
Escenario adverso
Tras la derrota en las elecciones provinciales bonaerenses por 14 puntos, el Gobierno entró en estado de pánico de cara a los comicios parlamentarios nacionales del 26 de octubre. La posibilidad de que se complique su gobernabilidad es la que aceleró la solicitud de ayuda a Trump.
Una reciente encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) da cuenta de que la imagen de Milei cayó 19 puntos en solo dos meses. Un 61% de los argentinos desaprueban su gestión. El precario control de la inflación ya no le alcanza para sostener la aprobación de 2024. Un 54% de los entrevistados calificó de «muy mala» la gestión. Solo el 7% dijo que el rumbo del Gobierno va «muy bien». Según la consultora Zuban Córdoba y Asociados, un 57% de las personas entrevistadas aseguró que votará con la intención de castigar a Milei.
Con un escenario adverso en el Congreso, donde el oficialismo ha tenido tres reveses consecutivos, y un creciente malestar social que se expresó en la calle la semana pasada con la convergencia de estudiantes y profesores universitarios, pensionados y familiares de discapacitados, el Gobierno, temeroso de los vaivenes del mercado, ha resuelto acumular dólares cuesten lo que cuesten. Los casos de corrupción que señalan a Milei y su hermana Karina, la cogobernante de Argentina, en los hechos, también condicionan el humor de la sociedad.
Este lunes anunció que los impuestos a las exportaciones del sector agropecuario se reducen a cero hasta después de los comicios. La medida apunta a que los grandes señores de la soya, el trigo, el maíz y la carne liquiden sus dólares al Banco Central. Argentina enfrenta un complejo horizonte de pagos de los servicios de la deuda externa en 2026: más de 16.000 millones de dólares. Y ese dinero no se encuentra en las bodegas del BCRA.
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