En España, alrededor de 74.700 personas autistas residen en entornos rurales. Todavía persisten barreras significativas en el diagnóstico, la atención especializada y los recursos de apoyo. Acercar esos apoyos a quienes viven en pequeñas poblaciones es el principal objetivo del proyecto +RuralTEA, liderado por Autismo España y cofinanciado por el Fondo Social Europeo Plus y Fundación Mapfre. En la sede de la entidad en Madrid se ha presentado este lunes el balance de la primera y exitosa edición de este proyecto, en el que han participado 10 entidades miembros de la Confederación.
La primera conclusión: la necesidad de mejorar el acceso a servicios de salud y apoyo social a las personas autistas que viven en zonas rurales, donde el acceso a estos recursos es más limitado. «Muchas personas con autismo que viven en el ámbito no están recibiendo los apoyos que necesitan», ha señalado María Dolores Moya, directora de Fondos Sociales de Fundación Mapfre, para quien el proyecto +RuralTEA «es una apuesta decidida por la justicia social«.
Promover la autonomía
Con la participación de 350 personas en más de 130 municipios rurales, +RuralTEA ha buscado promover la autonomía, la inclusión social y el empoderamiento de las personas con autismo y sus familias. De todas ellas las personas beneficiarias del proyecto, de niños a adultos, un 74% presenta un grado de discapacidad reconocido de entre el 33 y el 64%.
Vivir en una zona rural ofrece entornos naturales privilegiados, pero también conlleva importantes desafíos en el acceso a los servicios básicos, se ha remarcado en el encuentro. El proyecto busca hacer frente a esta realidad promoviendo la equidad territorial y la accesibilidad a los apoyos sociosanitarios, especialmente cuando se requieren desplazamientos constantes, recursos específicos y acompañamiento continuado.
El proyecto ha permitido tejer redes de colaboración entre entidades especializadas, administraciones locales, centros educativos y organizaciones sociales, reforzando el acceso a recursos y servicios en territorios que tradicionalmente carecen de ellos. En la jornada, se han aportado distintos testimonios, de educadores, psicólogos o los propios usuarios. Verónica Carrión, de la Asociación Desarrollo, de Albacete, y madre de una niña con 11 años y autismo que relató las dificultades que implican los desplazamientos desde un pequeño pueblo de la provincia para que su hija reciba atención especializada en la capital.
Primeros resultados
Los resultados preliminares muestran que las necesidades de las personas autistas en el medio rural son equiparables a las de quienes viven en áreas urbanas, y que las intervenciones individualizadas contribuyen de manera significativa a la mejora de su calidad de vida, en todas sus dimensiones. Así lo han puesto de manifiesto Juan Francisco y Carmen, dos de las personas con autismo beneficiarias de este proyecto, usuarias de la Fundació Autisme Mas Casadevall, en Girona. Ambos han podido participar en actividades en el entorno comunitario, mejorando su calidad de vida, sobre todo en el ámbito del bienestar físico.
El proyecto +RuralTEA ha permitido crear y validar un modelo de intervención en contexto natural y servicios de atención a largo plazo que se ha implantado en 130 municipios rurales de nuestro país, permitiendo así acercar los apoyos especializados donde más se necesitan.
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