El presidente del Gobierno español ha recibido este jueves al canciller alemán, Friedrich Merz, en Moncloa.
Durante su encuentro, Pedro Sánchez ha moderado sus críticas a Israel y solo pronunció la palabra «genocidio» en una sola ocasión.
Lo hizo tras una pregunta de la prensa, y amparándose en un informe de una comisión de la ONU que se publicó esta semana, cuatro meses después de que pronunciase por primera vez este término en el Congreso.
Merz admitía que en Alemania «no compartimos el término de genocidio» aunque hablaba de «un grandísimo sufrimiento» palestino. «No es proporcional con respecto a los objetivos que espera alcanzar, con razón, el Gobierno israelí», terciaba.
Pese a que en España, Sánchez acusa al PP de tibieza por evitar pronunciar la palabra «genocidio», al líder alemán no le ha recriminado que sea más laxo que Feijóo, que ha llegado a hablar de «matanzas de civiles».
Sánchez incluso aseguraba que, durante el encuentro privado, no han entrado «a calificar lo que está sucediendo».
Ambos solo coincidían en señalar que «no compartimos los métodos de Israel» pero, en palabras de Sánchez, «los caminos» de España y Alemania son diferentes.
Merz aseguraba que acabar la guerra está en manos de Hamás si entrega a los rehenes. Hasta ahora, Alemania ha sido uno de los países más templados en sus críticas a Israel, y uno de sus grandes apoyos en la UE.
«Estamos del lado de Israel lo que no significa que compartamos todas las decisiones tomadas por el Gobierno de Israel», terciaba Merz.
Sánchez también modulaba sus críticas habituales contra el país hebreo, incluso aseguraba que “el pueblo de España” es “amigo del pueblo de Israel”.
Tras citar la experiencia de España contra ETA, Sánchez aseguraba que al terrorismo «no se le vence como está haciendo Israel» y auguraba que habrá «una región más insegura» después de la ofensiva de Netanyahu. «Por eso creo que es muy importante que su estrategia es profundamente equivocada», sentenciaba.
Choque en Defensa
También han chocado Sánchez y Merz por el objetivo del 5% en Defensa para 2035 que exige la OTAN. El presidente afirmaba que «no es algo que hayamos tratado» y prometía que España es «un aliado fiable».
En cambio, el mandatario alemán ha admitido que conoce la posición española y que, pese a que Sánchez firmó el acuerdo, luego se desmarcó asegurando que solo cumplirá con el 2,1%.
Merz reconocía el esfuerzo de España en los últimos años para aumentar la inversión en Defensa, pero admitía que «en el futuro» será necesario «todavía más». «Habrá que hacer esfuerzos más importantes», recalcaba ante el jefe del Ejecutivo español.
Tampoco ha habido acuerdo en materia lingüística sobre si el catalán, el vasco y el gallego tienen que ser oficiales en la UE.
Merz evocaba su pasado en el Parlamento Europeo para asegurar que «cada lengua multiplica» el coste por los traductores, pero auguraba que «a medio plazo» ya no necesitaremos intérpretes por la inteligencia artificial.
«Podremos hablar en todos los idiomas», sentenciaba de cara al futuro, pero aclarando que, de momento, Alemania votará en contra de la propuesta de España. Una posición que comparte con otros países como Finlandia, que bloquean la propuesta de Sánchez para tratar de satisfacer a Puigdemont.