Escucharse a uno mismo. / ShutterStock
Una joven, en la mesa de al lado, le cuenta a una amiga, que su madre se pasa la vida con la oreja pegada a la puerta de su habitación.
-No la oigo, pero la siento -añade-, es como una película de terror. Llego del colegio, la saludo, me tomo una galleta y me voy a mi dormitorio. Al poco, puedo sentir sus pasos en el pasillo. Va de puntillas, contiene el aliento, no hace nada que la delate, pero yo debo de tener percepción extrasensorial o algo así porque casi puedo verla llegar hasta mi puerta.
-A lo mejor son imaginaciones tuyas -dice la amiga.
-Nada de eso. A veces toso o carraspeo o tiro algo al suelo para que se tranquilice porque creo que lo quiere comprobar es que sigo viva. De hecho, si permanezco mucho tiempo sin hacer un solo ruido, se aleja y me llama desde la cocina con cualquier excusa.
-Pero eso de comprobar todo el rato si continúas viva -señala la amiga con perspicacia- puede encerrar el deseo de ver si por fin te has muerto.
-Si yo me muero, mi madre se mata.
-No te lo creas.
El camarero trae mi consumición y se interpone unos instantes entre las chicas y yo. Cuando se aparta, ellas ya se están levantando para irse. Una pena.
La plática de las jóvenes me hace pensar en la idea de que el miedo patológico de perder a alguien puede estimular, o esconder, paradójicamente, el deseo de que desaparezca. Conozco el caso de algunas personas que desean la muerte de sus padres con la misma intensidad con que la temen. Es frecuente, en los tanatorios escuchar de los hijos del fallecido la frase “al fin ha descansado”. Ha descansado el muerto, desde luego, que quizá padecía una dolorosa enfermedad, pero se ha liberado de una gran tensión su entorno, obligado a unos cuidados excesivos.
Si uno fuera capaz de escucharse a sí mismo detrás de la puerta de su propia alma, oiría conversaciones en apariencia atroces porque somos así: tememos lo que ambicionamos y al revés. De momento, nos dedicamos fundamentalmente a ver la tele, que es un modo de escuchar detrás de la puerta lo que le ocurre al mundo.