Egipto es la segunda gran economía del continente africano, tras Suráfrica. Este año crecerá un 4%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), después de hacerlo a un ritmo del 3,8 en 2023 y 2,7% en 2024. Ese «potencial» tiene que ser aprovechado por las compañías españolas, ha afirmado Felipe VI este jueves, en la inauguración de un foro empresarial celebrado con motivo de su visita de Estado al país árabe.
Tras el golpe de Estado encabezado en 2013 por Abdelfatá al Sisi, actual presidente de Egipto, el Estado norteafricano se ha embarcado en un proceso de reformas económicas, alentado por el FMI, el Banco Mundial y la Unión Europea, sus principales financiadores. Con una inflación en torno al 15% y un déficit público que puede alcanzar el -10,6% este año, el reto no es fácil. El Rey ha animado al Ejecutivo egipcio a mantenerse firme para conseguir unas «políticas públicas sostenibles», que el Monarca ve como «un motor de crecimiento y estabilidad». En primera fila le estaba escuchando el primer ministro, Mustafá Mabuly, que se ha querido sumar en el último momento al foro. «Me gustaría aprovechar este momento –ha dicho Felipe VI– para poner en valor el firme compromiso de Egipto con las reformas estructurales, como las medidas orientadas a modernizar la economía, a mejorar el clima de inversión y a fortalecer la infraestructura, para crear un entorno más abierto y dinámico».
En su tercer día de visita al país árabe, el jefe de Estado ha sacado pecho de la situación económica española, ha señalado que es la 15ª economía del mundo y la cuarta de la Unión Europea, está «altamente internacionalizada» y tiene una posición estratégica, como punto de «conexión» entre Europa, América Latina, el Mediterráneo y Oriente Medio. Una ventaja de la que también, ha dicho, disfruta Egipto, «situado entre África, Europa y Asia, en un emplazamiento único».
En estos momentos hay más de 60 compañías españolas establecidas en Egipto, una relación comercial que empezó hace más de tres décadas. Pertenecen principalmente a los sectores de transporte, energía, agua y medio ambiente. En 2024, la Unión Europea fue el principal destino de las exportaciones egipcias, (26,5% del total) sobre todo Italia, España y Grecia. En cuanto a importación, el 16% de los productos que llegan a Egipto son de China, seguido por Arabia Saudí, EEUU y Rusia (8% cada uno). Entre los países europeos, los que más venden al país árabe son Alemania e Italia con guarismo muy bajos. Las importaciones españolas son escasas.
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