Si se regularizan 400.000 personas, estamos llamando a otros y 120.000 dejarán su vida en el mar

La tragedia migratoria que atraviesa el Atlántico sigue dejando imágenes difíciles de olvidar. El pasado 24 de agosto, un cayuco de 20 metros de eslora quedó a la deriva a más de 400 kilómetros de Gran Canaria. A bordo viajaban más de 300 personas hacinadas, sin agua ni alimentos, y bajo un calor asfixiante que convirtió la travesía en un auténtico infierno. 

El rescate, en una zona SAR compartida entre Marruecos y España, estuvo marcado por la desesperación. Finalmente, Salvamento Marítimo envió al Guardamar Urania, que logró llevar a los supervivientes hasta el puerto de Arguineguín. Allí se descubrió la magnitud del drama: bebés recién nacidos, niños y mujeres exhaustas, además de un elevado número de desaparecidos.
Operación Marabú y 19 detenidos

Operación Marabú y 19 detenidos

La Policía Nacional detuvo a 19 personas en la llamada operación Marabú, acusadas de homicidios y torturas a bordo del cayuco. El comisario jefe de Inmigración, Luis Mayandía, explicó en La Linterna cómo operaban estas mafias. “Les llamamos patrones de forma genérica. Usaban el ‘cayuco taxi’, trasladando en pequeños grupos a los migrantes hasta la embarcación principal. Cuando alguno protestaba, era arrojado al mar. Hablamos de ejecuciones absolutas”.

Europa Press

Efectivos de emergencias atienden a personas en el Muelle de la Restinga, El Hierro, Canarias

La violencia se desató tras la avería del motor. Algunos migrantes fueron acusados de brujería, maniatados y lanzados vivos al océano. Según los testimonios recogidos, se estima que al menos 50 personas fueron asesinadas. “Es una navegación de muerte”, subrayó Mayandía.

En la entrevista con Ángel Expósito, el comisario recordó también momentos de esperanza en medio de la tragedia. “Nació un bebé en el cayuco, y apareció otro niño de dos años que no sabíamos que viajaba. Nuestra gente reaccionó con lo más humano: salvar vidas”.

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