Una de las pruebas más esperadas en la jornada matinal del lunes en los Mundiales de Tokio eran las series femeninas de 400 metros vallas por la presencia de Femke Bol y que sirvieron para cerrar una primera sesión que abrió la maratón masculina con la victoria del tanzano Alphonce Simbu sobre el alemán Amanal Petros sobre la misma línea de meta.
Tras remontar hasta la plata en la última posta del relevo 4×400 mixto, la icónica Femke Bol corrió como si de un calentamiento se tratase (53.75) en su objetivo de revalidar el título logrado en 2023 en Budapest en ausencia de una Sidney McLaughlin-Levrone que aquí se ha decantado por los 400 lisos. Lo siguiente sería el relevo largo femenino.
La neerlandesa es la grandísima favorita, aunque tendrá enfrente a las estadounidenses Jasmine Jones (53.18), Anna Cockrell (53.63) y Dalilah Muhammad (53.80), y a la jamaicana Andrenette Knight (53.74). La sorpresa fue el KO de la canadiense Savannah Sutherland (22 años), quien se quedó fuera con 55.68 cuando es la segunda más rápida del año con 52.46.
Daniela Fra, en pleno esfuerzo / RFEA – SPORTMEDIA
No estará en la segunda ronda la torrejonense Daniela Fra, quien arriesgó demasiado en el primer hectómetro hasta el punto de emparejarse a la eslovaca Zapletalova, una atleta que deberá pelear por la final y a la que tiene a más de un segundo. Ese esfuerzo le hizo perder la cadencia en dos vallas y acabó muy lejos de sus registros (última con 56.88).
La alegría matutina la dio Marta Serrano, quien logró dos de los objetivos que se había fijado en los 3.000 obstáculos de los Mundiales: mejorar su marca personal e imponerse a la finlandesa Ilona Mononen, quien le negó la medalla de oro por 25 centésimas en el reciente Europeo sub’23. Actual campeona española absoluta a sus 22 años, el pase a la final se antojaba un objetivo demasiado difícil para una de las joyas del atletismo español.
Entrenada por su padre Antonio Serrano, la madrileña peleó hasta la última vuelta, cuando el infernal ritmo de la bahreiní Winfred Yavi (vigente campeona) estiró la carrera para ganar con 9:15.63. Fue séptima con 9:21.00 (pasaban cinco), ganó a Mononen por 102 centésimas, destrozó su marca personal (9:24.26) y se situó tercera española de siempre, por delante de una Carolina Robles centrada en la ruta y por detrás tan solo de la palentina Marta Domínguez y de la ‘mamá’ Irene Sánchez Escribano.
Si Yavi representa la técnica, su ‘alter ego’ es Peruth Chemutai. La ugandesa, un prodigio de potencia que se pone casi de lado para pasar los obstáculos parasalir disparada, se empleó a fondo (9:07.68). La final se antoja un duelo a cuatro bandas al que deberían añadirse la keniana Faith Cherotich (9:13.95) y la kazaja nacida en el Valle del Rift keniano Norah Jeruto.
El martillo masculino es el coto privado del canadiense Ethan Katzberg desde que maravilló en los Mundiales de Budapest’23. El atleta nacido en la isla de Vancouver logró la mejor marca de largo en la clasificación (81,75) y lo hizo cuidando la técnica, como sin forzar. Lejos sobre el papel, sus rivales serán el renacido polaco Pawel Fajdek (78,78), el alemán Merlim Hummel (78,45), el húngaro Bence Halasz (78,42) y el estadounidense Rudy Winkler (77,46).

Ethan Katzberg, un lanzamiento y… a la final / AP
La mala noticia en la pértiga femenina fue la lesión en el calentamiento de la británica Molly Caudery, actual campeona mundial bajo techo que no logró clasificarse para la final en los Juegos de París. Tampoco estaba la rusa Polina Knoroz (segunda del año con 4,86), a la que Sebastian Coe prohíbe su participación en un castigo para ella y para los aficionados.
Las favoritas pasaron sin problemas: las estadounidenses Sandi Morris, Katie Moon (Nageotte de soltera), la jovencísima Amanda Moll que a sus 20 años lidera el año con los 4,91 que saltó en invierno, su gemela Hana Moll, la suiza Angelica Moser y la eslovena Tina Sutej.