Con un consumo medio de apenas 4,3 l/100 km y más de 1.200 kilómetros de autonomía real sin parar a repostar, el Opel Astra Sports Tourer Hybrid se suma a la nueva tendencia de modelos electrificados que buscan ocupar el espacio que hasta hace poco dominaban los diésel. Lo hemos visto en diversas pruebas recientes donde demostraban su extensa autonomía, y ahora Opel se une al movimiento con una demostración práctica: sus híbridos pueden ser tan eficaces y ruteros como los diésel de siempre. Algo que cobra todavía más sentido con la reciente equiparación de precios del gasóleo con la gasolina.
Durante dos días, el familiar compacto de la firma alemana recorrió una ruta mixta sin repostar ni una sola vez. Carreteras urbanas, tramos interurbanos, tráfico denso, obras y hasta una velocidad máxima de 138 km/h formaron parte de un recorrido exigente que puso a prueba la eficiencia real del sistema híbrido de 48V. El resultado fue sorprendente: 1.200 km con un solo depósito de 52 litros, y un consumo por debajo del homologado.
Un híbrido pensado para sumar kilómetros
Opel quiso comprobar de forma tangible hasta dónde podía llegar su Astra Sports Tourer Hybrid, y no lo hizo en condiciones de laboratorio. El coche, con el motor 1.2 turbo de 145 CV, apoyado por un propulsor eléctrico de 21 CV y una batería de 48 voltios, fue conducido en una ruta circular de 106 km repetida 11 veces. En total, más de 1.200 km de conducción real.
Opel Astra Sports Tourer Hybrid de 48V / Opel
La media de consumo obtenida fue de 4,3 litros a los 100 km, y un dato clave: un 28% del trayecto se hizo en modo totalmente eléctrico, lo que equivale a unos 345 km sin emisiones locales. El ritmo, lejos de ser de conducción eficiente extrema, incluyó atascos, paradas frecuentes, aceleraciones normales y condiciones climáticas templadas, con una media de 23 grados.
La idea era simular lo que cualquier conductor podría vivir en su día a día. Y lo cierto es que el resultado es un golpe sobre la mesa: con este tipo de sistemas microhíbridos, Opel demuestra que se puede lograr una eficiencia notable sin recurrir al diésel y sin depender de cargadores eléctricos.
Y por si hubiese alguna duda, los editores de la revista de televisión VOX automobil llevaron a cabo su propia prueba, aún más cercana al uso real. Salieron de Múnich rumbo a Sylt, en un trayecto vacacional típico y con dos ocupantes a bordo. Con el climatizador encendido y un ritmo fluido, recorrieron 1.154 km sin repostar, con un consumo de 4,8 l/100 km y una velocidad media de 78 km/h.
La industria reconfigura el concepto de autonomía
No es casualidad que muchas marcas estén centrando su mensaje actual en las pruebas de larga distancia. Hace unos años, hablar de superar los 1.000 km sin parar era sinónimo de conducir un diésel eficiente. Hoy, esa cifra se convierte en bandera de los híbridos y, sobre todo, de los híbridos enchufables o de 48V como este Astra. La estrategia está clara: ofrecer al usuario tradicional de diésel una alternativa que le garantice los mismos beneficios —bajo consumo, gran autonomía y libertad de uso— sin las restricciones que afectan a los motores de gasóleo, y con las ansiadas etiquetas de la DGT.

Interior del Opel Astra Sports Tourer Hybrid de 48V / Opel
Opel ya lo había hecho antes con el Grandland Plug-in Hybrid, que también superó los 1.000 km en pruebas reales. Ahora repite con un modelo más accesible y ligero, demostrando que incluso sin carga enchufable se pueden alcanzar cifras de récord.
¿El nuevo diésel?
Los coches diésel fueron durante años la elección preferida para quienes hacían muchos kilómetros, y aunque hoy están en forzada retirada, no todos los conductores han encontrado aún su alternativa ideal. Opel y otras marcas del grupo Stellantis apuestan por llenar ese hueco con híbridos capaces de rendir a gran nivel sin obligar a cambiar demasiado los hábitos de conducción.
A falta de redes de carga más extendidas y de precios más accesibles para los eléctricos puros, este tipo de soluciones intermedias se presentan como el puente más sensato. Y mientras tanto, pruebas como esta no hacen más que reforzar la idea de que los híbridos pueden ser tan ruteros como los diésel, pero con menor impacto ambiental y sin complicaciones añadidas.