La industria de la inteligencia artificial (IA) quiere utilizar su enorme poder económico para condicionar las próximas elecciones en Estados Unidos.
Un grupo empresarios e inversores de Silicon Valley ha invertido más de 100 millones de dólares en comités de acción política para abogar en contra de las regulaciones que amenazan con poner freno a su negocio, según ha desvelado The Wall Street Journal. Ese dinero servirá para apoyar a los candidatos, tanto republicanos como demócratas, que defiendan sus ambiciosos intereses en contra de lo que pide una mayoría de hasta el 58% de ciudadanos estadounidenses, según una reciente enquesta de YouGov.
Con esta estrategia, los magnates de la IA pretenden influir en las elecciones de medio mandato de 2026, en las que se renovarán los 435 escaños que componen la Cámara de los Representantes y otros 33 escaños del Senado. Colocar a sus afines en la sede del poder legislativo podría permitir a la industria condicionar el redactado de leyes.
En EEUU, la injerencia de los grandes poderes económicos en la democracia se ha convertido en la norma. En 2010, una polémica decisión del Tribunal Supremo decidió eliminar las restricciones sobre financiación de campañas políticas que desde hacía un siglo se imponían para evitar abusos y abrió la puerta a que millonarios y grandes corporaciones puedan invertir cantidades ilimitadas de dinero a apoyar a los candidatos que defiendan sus intereses. El resultado es, según el instituto sin ánimo de lucro Brennan Center for Justice, «una fusión entre la fortuna privada y el poder político que no se había visto desde fines del siglo XIX».
Magnates contra la regulación
El principal grupo de presión, Leading the Future, está siendo impulsado con ayuda de personajes como Greg Brockman, presidente de OpenAI, la empresa líder en IA y responsable de ChatGPT; o la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz, uno de los fondos de inversión más influyentes de la industria tecnológica en EEUU. Sus fundadores, Marc Andreessen y Ben Horowitz, han apoyado abiertamente al presidente Donald Trump y su agenda desreguladora.
La misión de este y otros grupos de acción política será realizar donaciones para apoyar a políticos afines y lanzar campañas de propaganda digital en contra de aquellos candidatos favorables a regular el desarrollo y el despliegue de la IA para evitar que tenga efectos catastróficos en la sociedad. Grandes empresas como Microsoft, la segunda más valiosa del mundo, abogan por una normativa legal que evite excesos en el sector.
«Existe una gran fuerza que busca frenar el despliegue de la IA, impedir que los trabajadores estadounidenses se beneficien del liderazgo de EEUU en innovación global y creación de empleo, y establecer un mosaico de regulaciones. [Leading the Future] es el ecosistema que será la fuerza contraria el próximo año», han afirmado Josh Vlasto y Zac Moffatt, líderes del grupo, en un comunicado. El comité empezará centrándose en cuatro estados clave: Nueva York, California, Illinois y Ohio.
Emular el lobby cripto
Esta iniciativa pretende emular la exitosa estrategia adoptada el año pasado por la industria de las criptomonedas. Ejecutivos, estrategas políticos y pesos pesados del sector como Coinbase o Ripple regaron las elecciones del año pasado con más de 240 millones de dólares para impulsar a candidatos favorables y derribar a los criptoescépticos, según datos de la Comisión Electoral Federal. El principal comité de acción política de los ‘criptobros’, Fairshake, logró movilizar más de 130 millones y ganar 53 de sus 58 carreras al Congreso.
La operación está dando sus frutos. Trump ha ordenado a la Comisión de Bolsa y Valores y al Departamento de Justicia dejar de investigar los posibles abusos de empresas como Ripple, Coinbase o Robinhood. La administración republicana, influenciada por el sector, ha aprobado varias medidas que benefician directamente el negocio de estas compañías, pero también al presidente, cuya familia también se está lucrando con inversiones cripto, desatando acusaciones de corrupción.
Fairshake, también financiado por Andreessen Horowitz, ha anunciado que ya ha recaudado más de 141 millones de dólares en efectivo para influir en las midterms del próximo año y rediseñar el poder legislativo de EEUU a su antojo.
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